Romana

Kenia tiene más de ocho millones de niños en edad escolar. Para los 250.000 profesores registrados en la Teachers Service Commission, la tarea por delante no es fácil.

Desde el año 2002 Strathmore University, a través de su Instituto de Humanidades, viene impartiendo cursos de tres días para maestros: el objetivo es mejorar la autoestima de los profesionales de la enseñanza y contribuir a elevar el nivel humano y moral de los colegios. Los cursos incluyen sesiones sobre la práctica de determinadas virtudes y sobre la participación de los padres en la educación de sus hijos, así como discusiones en común con vistas a la elaboración de un futuro código de ética para profesores.

Los cursos se tienen en abril y agosto —los meses de vacaciones—, en parte en Strathmore y en parte en las propias escuelas. A la vuelta a sus colegios, muchos maestros se han movilizado para conseguir que se pinten las aulas o que se limpien los terrenos de esparcimiento, o bien han reunido a los padres de los alumnos para explicarles la importancia de su colaboración con el colegio.

Del 7 al 9 de marzo de 2006, a petición de la Conferencia Episcopal de Kenia, Strathmore University organizó un seminario para secretarios diocesanos de Educación. Asistieron 23, de los que 14 eran sacerdotes. El seminario tuvo lugar en el Savelberg Retreat Centre. David Siele, director de Educación Superior del Ministerio de Educación, pronunció el discurso inaugural. Mons. John Njue, presidente de la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal, celebró una Misa, y en la homilía subrayó la importancia de asegurar que en los colegios patrocinados por la Iglesia se imparta una educación seria y completa. La Iglesia Católica posee o patrocina más de la mitad de los colegios de Kenia, y los secretarios diocesanos de Educación coordinan el trabajo de estos colegios, de cuyos consejos de gobierno forman parte.

El profesor John Odhiambo, vicecanciller de Strathmore University, pronunció una conferencia sobre la importancia de cultivar las virtudes en la familia y en el colegio. “Los padres deben dar a sus hijos respuestas acertadas desde una edad temprana”, dijo. “Enseñar la castidad como una ciencia y no como una virtud puede deformar al niño. Fomentar una cultura del placer inmediato no da la felicidad. Hemos de desvelar esa falsedad”.

Los participantes redactaron un documento de 35 resoluciones que incluía recomendaciones como la de fomentar que algunos sacramentos se puedan recibir en el colegio, la de reintroducir el rezo de algunas oraciones tradicionales y la de promover la formación de los profesores católicos para que los niños reciban doctrina sólida.

Al término del seminario, el grupo visitó Strathmore University, y los sacerdotes concelebraron la Santa Misa con los capellanes de la Universidad.