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Kinshasa, República Democrática del Congo. Coloquio del Cardenal Etsou en el Instituto Superior en Ciencias de la Enfermería (ISSI)

«Vuestra profesión ofrece ocasiones permanentes para vivir la generosidad y el espíritu de servicio. Una profesión que os hará felices, porque a más generosidad más felicidad. La generosidad multiplica la alegría personal y la de los demás». Así se expresó el Arzobispo de Kinshasa, durante un coloquio mantenido con las estudiantes de las dos primeras promociones del ISSI (Institut Supérieur en Sciences Infirmières) el 5 de mayo.

Durante casi una hora, se sucedieron las preguntas y respuestas. «Después de haber visto los medios de este centro, que están a vuestro alcance, no puedo más que animar a poner en práctica todos los conocimientos científicos incorporados en vuestros estudios, porque la vida es un don del Creador y, por tanto, tiene un gran valor. Escuchándoos, me doy cuenta de que vais asimilando los principios deontológicos al mismo nivel de la enseñanza profesional que recibís».

A propósito de una de las preguntas, que hacía referencia al acompañamiento de los pacientes por parte de la enfermera, el Cardenal Etsou evocó los años en los que consagró una buena parte de su labor pastoral a la atención de enfermos en diferentes hospitales de Kinshasa. Sus recuerdos le llevaron a señalar «la necesidad de acompañar constantemente a cada persona enferma, también en los últimos momentos de la vida, si es el caso. Pues el cuerpo muere pero el alma tiene una vida eterna y la enfermera debe ayudar a las almas de los enfermos a ir al encuentro con Dios».

El Cardenal recordó igualmente la verdad sobre la vida humana, que la Iglesia Católica proclama sin cesar. «Desde el instante de la concepción, hasta la muerte natural, la vida debe ser respetada, ayudada, guardada. Nadie tiene derecho a matar a un semejante. Todos, pero de manera particular las personas relacionadas con la salud, deben ser los custodios de la vida que el Creador concede a cada uno de nosotros».

Momentos antes, el Cardenal Frédéric Etsou visitó el Centro Médico Monkole, que está en el origen del ISSI. Tuvo gestos de afecto y simpatía hacia cada enfermo y hacia sus parientes. Todo el personal recibió igualmente palabras de aliento para el trabajo de cada día. «Entre otras cosas, me he dado cuenta de cómo se cuida la higiene y la limpieza en el Centro Médico. Sois responsables de la curación de los enfermos en un “cincuenta por ciento”, dijo con realismo y buen humor a las empleadas de los Servicios de Base (limpieza, lavandería) de Monkole. Vuestro trabajo de servicio es verdaderamente decisivo».

Romana, n. 28, enero-junio 1999, p. 132.

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