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Caracas, Venezuela. Poner alma a un asilo

En Venezuela, no pocos hospitales y servicios de atención de enfermos subsisten con precarios recursos, también en las grandes ciudades. Quizá esta situación ha favorecido un florecimiento de las actividades de voluntariado. Las universitarias del Centro Cultural Las Palmas se han sumado, desde hace tres años, a las tareas de promoción y sostenimiento de algunos asilos de la ciudad.

Estudiantes de enfermería, medicina y otras disciplinas han trabajado, como voluntarias, en un viejo caserón habilitado como residencia de ancianos.

Una de las primeras jornadas se dedicó a la limpieza general, muy necesaria por los pocos recursos de que dispone la institución y el gran número de personas que allí viven.

Por esas fechas, un importante periódico nacional dedicó un artículo al asilo. Se explicaban las necesidades de la sede y los escasos recursos con los que contaba, y se llamaba la atención de las autoridades competentes. La presencia de las universitarias y su afán por ayudar a dignificar el lugar habían contribuido a dar la voz de alerta. En poco tiempo se comenzaron a remodelar los locales, y la instalación ha mejorado considerablemente.

Romana, n. 28, enero-junio 1999, p. 130-131.

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