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La Clinica Universitaria dell'Università di Navarra ha compiuto venticinque anni. In questa ricorrenza, in qualità di Gran Cancelliere dell'Università, Mons. Alvaro del Portillo ha indirizzato a tutte le persone che ivi lavorano il seguente mes

Roma, 6 de octubre 1986

Ilmo. Sr.

D. Francisco Errasti

Director General de la Clínica Universitaria

PAMPLONA

Queridísimo Paco: ¡que Jesús te me guarde!

He agradecido muy de veras tu cariñosa carta, en la que me comunicas que el próximo día 15 de noviembre se cumplirán los veinticinco años de vida de la Clínica Universitaria, y te escribo unas líneas para deciros que me uno de todo corazón a vuestra alegría y a vuestra acción de gracias a Dios —¡cuántos dones divinos, en este tiempo!—, por este aniversario que celebraremos con mucha alegría y con gran agradecimiento al Señor.

Conocéis muy bien el afecto de nuestro Padre hacia esta labor, por la que tanto rezó e hizo rezar. ¡Con cuánta ilusión soñaba en este maravilloso instrumento, desde muchos años antes de que fuera una bendita realidad, y con qué interés siguió siempre las noticias de la Clínica!

Podéis estar seguros de que nuestro queridísimo Fundador os sigue mirando ahora desde el Cielo con gran cariño, y de que vela por vosotros con la eficacia de las almas que contemplan a Dios: acudid a su intercesión para todo lo que necesitéis.

Recuerdo ahora con mucho afecto mi última estancia en la Clínica. ¡Cuántas gracias he dado al Señor, al ver el amor de Dios que poníais en el trato con todos, y en vuestro trabajo! Pienso en cada una y en cada uno de vosotros —a los que conocí, y a los que no llegué a ver—: médicos, enfermeras, personal administrativo, en los demás sanitarios, en las encargadas de la limpieza, y a todos os digo que me robasteis el corazón: ¡que Dios os bendiga!

Mi pensamiento va también a los que tanto trabajaron en ese queridísimo Centro, y ya nos abandonaron, para recibir el premio: en primer término mi querido y admirado Eduardo Ortiz de Landázuri, que desde el Cielo, junto a nuestro Padre, os protegerá a todos.

Continuad con empeño en esa tarea, y tened en cuenta que la Clínica será tanto más eficaz cuanto más os enamoréis de Dios y sepáis ver en los demás al mismo Cristo. Hacedlo todo por El, cuidando hasta los más pequeños detalles, y el Señor premiará vuestra abnegación concediéndoos bendiciones abundantes para vosotros y para los enfermos, y os llenará a todos de alegría y de paz. Así seguiréis realizando verdaderas curaciones de cuerpos y de almas, y la Clínica continuará siendo, como deseáis, una antesala del Cielo.

A todos los que trabajáis en la Clínica Universitaria os envío la mejor bendición, que extiendo a vuestras familias y a los afanes nobles que llenan de paz vuestras almas.

vuestro Padre

Alvaro

Romana, n. 3, Luglio-Dicembre 1986, p. 258.

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