Romana

En los meses de verano, el Prelado ha hecho dos viajes a Barcelona. El primero, al término de su estancia en Asturias, fue una visita de carácter privado: desde Oviedo marchó a Barcelona para oficiar una misa de funeral por su hermano José, fallecido en la capital catalana unos días antes, y reunirse con su viuda y demás familiares. El segundo viaje tuvo lugar en agosto.

El funeral se celebró el día 9 de julio en el oratorio de Santa María de Bonaigua. En la homilía, el Prelado recordó que precisamente fue su hermano Pepe quien le invitó a acercarse al Opus Dei: «Estoy seguro de que gran parte de mi vocación —de mi correspondencia, del descubrimiento de mi vocación, porque la vocación la da Dios— se la debo a mi hermano», dijo. Citó y glosó un verso de Pedro Salinas, «¡Qué gran víspera el mundo!», a propósito de la vida corriente como antesala de la gloria: «Una víspera de algo muy grande, que es la plenitud de nuestra felicidad en la gloria de Nuestro Señor Jesucristo». Concluyó leyendo unas palabras que le había escrito el Papa: «Vaticano, 3 de julio de 2022. Querido hermano, quiero hacerte llegar la seguridad de mi oración y mi cercanía en este momento. Rezo por su hermano, por usted, por la familia. Que Jesús lo bendiga y la Virgen Santa lo cuide. Fraternalmente, Francisco».

José Ocáriz Braña, padre de ocho hijos y profesor emérito del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), tenía, en el momento de su muerte, 91 años.

De nuevo en Barcelona en la primera semana de agosto, Mons. Fernando Ocáriz mantuvo diversos encuentros con fieles de la Prelatura los días 5, 6 y 7. Además, como hizo san Josemaría en tantas ocasiones encontrándose en Barcelona, visitó la basílica de la Merced. El domingo 7 por la tarde regresó a Roma.