Romana

Roma, 8 de abril 1988

Queridísimo Nacho: ¡que Jesús me guarde a mis hijos y a todos los amigos del Colegio Mayor Belagua!

He recibido tu carta del 29 de febrero, en la que me hablas de la celebración de las Bodas de Plata de Belagua, y quiero que sepáis que estoy muy unido a vosotros en esta gozosa conmemoración.

Os acompaño en vuestra acción de gracias a Dios, que ha bendecido con frutos muy generosos vuestra tarea. Es muy fácil en esta ocasión recordar a nuestro amado Fundador, que estuvo tantas veces con vosotros, que os encendió, con sus palabras llenas del fuego de Cristo, en vuestro amor de Dios y en vuestros deseos de poner a los pies de Nuestro Señor todas las actividades humanas, y que ahora, en el Cielo, intercede con cariño y con eficacia, ante la Trinidad Beatísima, por el trabajo de formación humana y cristiana que se lleva a cabo en el tan querido Colegio Mayor Belagua.

Encomiendo esas reuniones del 7 y 8 de mayo con los antiguos residentes. Y ruego a la Santísima Virgen que os siga protegiendo, y que bendiga copiosamente esta nueva etapa que comenzáis precisamente en un Año Mariano.

Os agradezco que me hayáis acompañado con vuestras oraciones durante mi viaje a Norteamérica. Seguid bien unidos a las intenciones de mi Misa.

Para todos los que formáis parte de esa gran familia de Belagua —el personal, los residentes actuales y antiguos, la Junta Directiva, el Patronato de Gobierno, y las familias de todos—, os envía la bendición de nuestro santo Fundador, a la que uno la mía, afectuosamente

vuestro in Domino

Alvaro