Actividades del vicario auxiliar
Visita a la Región de África Oriental y Meridional
Del 24 de mayo al 7 de junio, Mons. Mariano Fazio visitó la recién erigida circunscripción de África Oriental y Meridional para trabajar con los nuevos equipos del gobierno regional, tanto de la Comisión como de la Asesoría. La circunscripción abarca los territorios de Sudáfrica, Kenia, Uganda, Tanzania y Ruanda.
El vicario auxiliar permaneció en Nairobi del 24 al 31 de mayo. Visitó varias obras corporativas de apostolado, dialogó con sus grupos promotores y se reunió con fieles de la Prelatura. Desde allí se trasladó a Kampala, donde permaneció hasta el jueves 3 de junio. Ese día, y hasta el 6 del mismo mes, estuvo en Johanesburgo y Pretoria, en Sudáfrica. Un tema común en las reuniones con fieles del Opus Dei y en su predicación fue la unión con el Papa y sus intenciones. También recordó algunas ideas centrales de las cartas pastorales del prelado, relacionadas con la centralidad de Jesucristo, la libertad, la amistad y la vocación.
Una conversación sobre la libertad (Cadena Cope, España)
El 15 de junio, Mons. Mariano Fazio fue entrevistado por José Luis Restán en el programa El Espejo de la cadena radiofónica COPE (España), con motivo de la publicación del libro Contracorriente... hacia la libertad (El Buey Mudo, 2021). «La libertad es clave en la existencia humana —comentaba durante esa conversación el vicario auxiliar—; cualquier persona tiene como vocación general el amor, estamos hechos para amar. No podemos amar sin ser libres. A veces se ha asociado la libertad a corrientes culturales contrarias al catolicismo, como si este fuera algo cerrado, que impone una obediencia ciega, etc. Moro, Newman y Chesterton [autores analizados en la obra] enseñan que la libertad es uno de los valores centrales de la fe católica. La mayor manifestación de libertad en la historia de la humanidad es la muerte de Cristo en la cruz, que se entregó libremente por amor. Por su parte, Juan Pablo II tenía una frase preferida en la Sagrada Escritura, ese versículo que dice La verdad os hará libres».
Entrevista en Avvenire (Italia)
El 29 de junio, Francesco Ognibene publicó una entrevista con Mons. Mariano Fazio en el diario italiano Avvenire, con motivo de la pandemia del COVID-19 y la publicación del libro Contracorriente... hacia la libertad. Reproducimos, a continuación, un extracto de esa entrevista (el texto completo se encuentra en la edición digital de www.avvenire.it).
—La pandemia ha calado hondo en la vida, la mente y el corazón de la gente. ¿Cuál es el servicio que pueden prestar los cristianos en este tiempo de transición y de nueva esperanza?
—El cristiano, en palabras de san Josemaría, es “otro Cristo, el mismo Cristo”. Debemos preguntarnos constantemente: ¿cómo habría reaccionado nuestro Señor en esta circunstancia que estoy viviendo? Creo que la reacción de nuestro Señor en esta situación sería de compasión (cum patire, sufrir con los demás), de empatía (ponerse en las circunstancias de los demás y entender sus reacciones), de acompañar a los que están más solos, o a los que han perdido a un ser querido, o a los que están en una situación material difícil. Al mismo tiempo, el cristiano debe ser un sembrador de esperanza: debe pedir al Señor la gracia de saber transmitir la cercanía de Jesús a los demás. La crisis sanitaria se acabará, muchas cosas cambiarán, pero nosotros seguiremos siendo los mismos: personas necesitadas de la ayuda del Señor, que nos da la fuerza para estar muy cerca de los demás.
—Se habla de una “vuelta a la normalidad”. Pero, ¿qué es la “normalidad” para un cristiano que vive como laico en el mundo?
—El Señor nos ha dado una vocación a la santidad a todos. A la mayoría de las personas, les llama a santificarse en medio del mundo. La “normalidad” son las circunstancias ordinarias en las que se desarrolla nuestra existencia diaria: la familia, el entorno laboral, los lugares o actividades en los que descansamos. La normalidad de un laico, consciente de que el Señor le llama a la santidad, consiste precisamente en descubrir en estas circunstancias aparentemente anodinas el lugar donde puede vivir una vida cristiana coherente. Allí encontramos el espacio para la unión con Dios y el servicio a los demás. Si buscáramos la santificación fuera de la “normalidad” podríamos caer en un escapismo espiritualista, que resultaría estéril.
—¿En qué nuevas fronteras quiere la Prelatura que estén sus fieles laicos?
—Acabo de regresar de un viaje a África. Me dio mucha alegría ver algunas instituciones promovidas por miembros del Opus Dei, que empezaron muy humildemente en los años 60, y que fueron las primeras escuelas interraciales. En aquellos años la igualdad racial era una frontera a conquistar. Los tiempos cambian y los retos son nuevos. Los fieles de la Obra, con espontaneidad e iniciativa, tratan de estar allí donde hace falta un testimonio cristiano coherente. Nuestro fundador hablaba de “ahogar el mal en la abundancia del bien”. Ahora pienso en tantas iniciativas para desarrollar unidades de cuidados paliativos, en un momento en que se extiende una mentalidad pro-eutanasia. Este es sólo un ejemplo: ilustra que las fronteras cambian, pero el espíritu apostólico sigue siendo el mismo.
Romana, n. 72, enero-junio 2021, p. 77-78.