Marsella (Francia): Inauguración del Centre Culturel Castelvieil
El 23 de septiembre se inauguró la nueva sede del “Centre Culturel Castelvieil”, situada en el corazón de Marsella. Castelvieil nació en 1963. Poco a poco se amplió la proyección cultural, humana y cristiana de este centro, cuyas actividades de formación cristiana están confiadas a la Prelatura del Opus Dei. La nueva sede dispone de espaciosos locales que incluyen un aula magna, una zona dedicada a las actividades de bachilleres, varias salas de estudio y un amplio oratorio que invita a la oración y al recogimiento. Las nuevas instalaciones han permitido empezar varios ciclos de conferencias simultáneos, sobre temas tan diversos como el papel del padre de familia en la educación, cuestiones actuales de astrofísica o charlas de ética profesional.
La inauguración contó con la presencia del Arzobispo, Mons. Georges Pontier, el Vicario Regional del Opus Dei en Francia, Mons. Antoine de Rochebrune, el Senador-Alcalde de Marsella, Jean-Claude Gaudin, junto con unos 200 amigos, vecinos, personalidades públicas y periodistas.
El Presidente de la asociación Castelvieil, Jean Granier, dio la bienvenida y agradeció la generosidad de quienes han contribuido con sus donativos a la construcción de la nueva sede. También presentó las actividades culturales, educativas y espirituales del centro. A continuación, el Vicario Regional se refirió a cómo los fieles del Opus Dei en Marsella ofrecen formación y acompañamiento cristiano a numerosas personas.
Después, el Arzobispo tomó la palabra, y reflexionó sobre la construcción de una sociedad humana a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia. Apreció los esfuerzos de los fieles del Opus Dei y sus amigos para contribuir a la solución de problemas actuales que presenta nuestra sociedad, armonizando las capacidades de la razón con la luz de la fe. Tal disponibilidad proviene de un concepto de vida cristiana no separada de la vida civil y cotidiana, como predicó San Josemaría. En esa generosidad —comentó— se reconoce un amor al mundo heredado de San Josemaría, que es “amor redentor”, según una expresión de Juan Pablo II. Por último, el Senador-Alcalde remarcó su simpatía por el trabajo cultural y formativo desarrollado por este centro de Marsella.
Romana, n. 51, julio-diciembre 2010, p. 403-404.