XXV aniversario de la erección de la Prelatura del Opus Dei
El 19 de marzo de 1983 se celebró, en la Basílica romana de San Eugenio, la ceremonia de la ejecución de la erección de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei. Asistieron los cardenales Sebastiano Baggio, Josy Slipyj, Silvio Oddi, James Robert Knox, Umberto Mozzoni, Pietro Palazzini, Opilio Rossi y Mario Luigi Ciappi op., además del entonces Asesor de la Secretaría de Estado, Mons. Giovanni Battista Re. El acto tuvo lugar durante la Solemne Eucaristía celebrada por Mons. Álvaro del Portillo, Prelado del Opus Dei.
Mons. Romolo Carboni, Nuncio Apostólico en Italia, fue el Delegado del Papa Juan Pablo II para ese acto. Tras la lectura de la Bula Ut sit y del decreto de ejecución, el Nuncio hizo entrega de estos documentos a Mons. Álvaro del Portillo. En la homilía, D. Álvaro comentó las palabras que dan nombre a la bula, las mismas que fueron usadas por San Josemaría para pedir a Dios que se cumpliera Su voluntad: “¡que sea lo que Tú quieres, Señor!”, rogaba antes de que el Señor le hiciese ver el Opus Dei, y exhortó a los fieles de la Prelatura a renovar cada día con más intensidad el amor y la lealtad a la Iglesia y al Romano Pontífice.
Una jornada de estudio en Roma
El 10 de marzo de 2008 se celebró una jornada de estudio con motivo del XXV aniversario. Tuvo lugar en el Aula Magna Juan Pablo II de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma.
El Cardenal Camillo Ruini, Vicario del Papa para la Diócesis de Roma de 1991 a 2008, comenzó su intervención agradeciendo “el servicio que el Opus Dei desarrolla en favor de las Diócesis de todo el mundo y particularmente en la de Roma”, no tanto por los encargos que algunos sacerdotes desempeñan en las parroquias o en otros servicios diocesanos, sino, sobre todo, por el empeño común de sacerdotes y laicos por promover la santidad y el apostolado entre los demás fieles: es éste, dijo, “el servicio pastoral más específico y más directo del Opus Dei a las Diócesis”.
A lo largo de su discurso, el Cardenal Ruini destacó la importancia de la labor de acompañamiento espiritual y de los medios de formación cristiana promovidos por la Prelatura, “orientados a iluminar la búsqueda de la santidad y el ejercicio del apostolado de los laicos a través del propio trabajo y de las circunstancias personales de cada uno”.
El Cardenal Julián Herranz, Presidente emérito del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, disertó sobre los trabajos preparatorios de la Constitución Apostólica Ut Sit, con la que Juan Pablo II constituyó la Prelatura del Opus Dei. Comentó que el proceso de elaboración de la Bula pontificia muestra “la profundidad y el espíritu colegial con que Juan Pablo II seguía y dirigía el trabajo de la Congregación para los Obispos”: en total, fueron consultados 2.084 Obispos de 34 naciones.
El Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, recordó que la actividad propia de la Prelatura es “la formación de sus fieles y de quienes se acercan a sus apostolados”, de manera que estos, ciudadanos como los demás, actúen con sentido cristiano y con libertad personal “en la vida profesional, familiar y social”. Mons. Echevarría expresó agradecimiento “al Siervo de Dios Juan Pablo II, que procedió a la erección de la Prelatura, a Mons. Álvaro del Portillo, que guió la Obra y trabajó sin cansancio para lograr que se hiciera realidad el deseo del Fundador, y a cuantos han contribuido en el transcurso de los años con su oración, su sacrificio y su trabajo”.
El Profesor Giuseppe Dalla Torre, Rector de la Libera Università Maria Santissima Assunta (LUMSA), analizó el reconocimiento civil de la Prelatura del Opus Dei en diversos países.
Mons. Fernando Ocáriz, Vicario General del Opus Dei, y profesor ordinario de Teología Fundamental, habló del apostolado ad fidem y del ecumenismo. Subrayó que, tanto en el diálogo con los no cristianos como en el diálogo ecuménico, la motivación de fondo que ha de impulsar y definir a cada persona, no es “un afán de afirmación personal o de hacer prevalecer las propias convicciones, sino la caridad cristiana, el amor sincero a todas las almas, a las que se desea transmitir el bien inestimable de la fe en Cristo o la plenitud de esta fe”.
El Rev. Profesor Paul O’Callaghan, Decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, dijo que la misión de la Prelatura coincide fundamentalmente con la de la Iglesia. “Sus fieles —dijo—no modifican nada: actúan. La Obra no tiene una doctrina particular, una teología propia. Quiere ser, únicamente, una pequeña parte de la Iglesia”.
El coordinador de la jornada de estudio, Rev. Profesor Eduardo Baura, afirmó que “a pesar de ciertas perplejidades iniciales, ligadas sobre todo al tipo de coordinación pastoral con las Diócesis, la decisión de dar vida a las prelaturas personales se ha revelado conveniente para las propias Diócesis”, y señaló que “esta figura podría resultar muy útil para afrontar algunas necesidades pastorales actuales, típicas de una sociedad marcada —entre otros factores— por la movilidad de las personas y por la multiculturalidad”.
Recientemente, se ha publicado el libro que recoge las actas de esta jornada de estudio, que incluye, además de las conferencias mencionadas, algunas comunicaciones de profesores de la Universidad de la Santa Cruz: Studi sulla Prelatura dell’Opus Dei, Eduardo Baura (coord.), EDUSC, Roma 2008.
Las Prelaturas Personales en el Derecho de la Iglesia
Las prelaturas personales son circunscripciones eclesiásticas, es decir, uno de los modos de auto-organización de la Iglesia para proveer a las necesidades pastorales (Annuario Pontificio 2008, p. 1872).
En el Derecho de la Iglesia Católica, la figura jurídica denominada prelatura personal fue prevista por el Concilio Vaticano II ( Ad gentes y Presbyterorum ordinis ). El n. 10 de Presbyterorum ordinis (7-XII-1965), estableció que, para “la realización de tareas pastorales peculiares en favor de distintos grupos sociales en determinadas regiones o naciones, o incluso en todo el mundo”, se podrían constituir en el futuro, entre otras instituciones, “peculiares Diócesis o prelaturas personales”.
El Código de Derecho Canónico trata sobre las prelaturas personales en los cánones 294-297 y también los cánones 265-266. El canon 295 establece que cada prelatura personal “se rige por los estatutos dados por la Sede Apostólica”. Además, indica que el gobierno de una prelatura es confiado a un prelado, como Ordinario propio. Los fieles de las prelaturas personales siguen perteneciendo a las Diócesis donde se encuentran.
Con la Constitución apostólica Ut sit (28-XI-1982), Juan Pablo II promulgó los Estatutos del Opus Dei, que son la ley particular pontificia para esta prelatura. La Constitución apostólica Pastor Bonus (28-VI-1988), en su art. 80, ha establecido que la Congregación para los Obispos sea el dicasterio competente para tratar de las prelaturas personales. Por otra parte, son numerosos los concordatos que mencionan la naturaleza jerárquica de las prelaturas personales, a propósito del tratamiento jurídico civil de las circunscripciones eclesiásticas (véase la reciente publicación El Opus Dei ante el Derecho estatal, José María Vázquez García-Peñuela (coord.), Editorial Comares, Granada 2007).
Mons. Monterisi: “La Prelatura personal, una figura que contribuye a enriquecer la comunión de la Iglesia”
Extractos de una entrevista publicada el 11-XII-2007 en www.opusdei.org
S.E. Mons. Francesco Monterisi es Secretario de la Congregación para los Obispos, el Dicasterio vaticano del que depende la Prelatura del Opus Dei.
«Los frutos apostólicos del Opus Dei benefician a las Diócesis en las que los fieles de la Prelatura residen: tantas veces ha sucedido, por ejemplo, que el apostolado personal de un fiel del Opus Dei da lugar a la conversión de un amigo, un colega o un pariente. El compromiso de los laicos del Opus Dei, su labor en actividades apostólicas y sociales, sus iniciativas, son un estímulo para otros fieles, y esto significa un crecimiento espiritual en la Diócesis».
«La figura de la Prelatura no es una “fórmula de independencia”, como a veces se dice, sino justamente lo contrario. Es una respuesta concreta de la Jerarquía eclesiástica a una específica necesidad pastoral. Cuando Juan Pablo II erigió la Prelatura del Opus Dei, ni los fieles ni las actividades formativas de la Obra se hicieron “independientes” de la Jerarquía eclesiástica. Al contrario, la Jerarquía ha asumido la atención de esta realidad mediante un Prelado nombrado por el Papa. El Prelado tiene el encargo de guiar la Prelatura en comunión con todos los Obispos. Al mismo tiempo, está obligado a mantener el Opus Dei y todas sus actividades en comunión con el Santo Padre, cum et sub Petro».
«La experiencia de estos años de presencia de la Prelatura del Opus Dei en tantas Diócesis de todo el mundo confirma la realidad de un trabajo apostólico intenso en comunión con los Obispos diocesanos. Esta comunión se concreta en modos y formas muy diferentes, pero por parte de la Prelatura del Opus Dei siempre existe el deseo de sintonizar con todos los Obispos de las Diócesis en las que está activa. En este sentido, se puede decir, a modo de conclusión, que la Prelatura personal contribuye a enriquecer la comunión de la Iglesia».
Romana, n. 46, enero-junio 2008, p. 124-127.