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Roma 10-IV-2006

En la audiencia concedida por Benedicto XVI a los jóvenes participantes en el Congreso Univ

Santo Padre:

Deseo agradecer a Su Santidad que haya tenido a bien recibir esta mañana a los participantes en el Congreso internacional UNIV, que el Istituto per la Cooperazione Universitaria organiza anualmente en Roma desde 1968. El objetivo de este encuentro es sensibilizar a estudiantes universitarios de los más diversos países con los desafíos que presenta nuestra sociedad actual; ayudarles a colaborar —cada uno y cada una desde su propio lugar de estudio y de trabajo— en la tarea de llevar a Cristo a todos los ambientes, para que tantas personas que lo están esperando, quizá sin saberlo, y que tienen necesidad de Él, puedan descubrirlo y conocerlo.

Desde los años 30, San Josemaría Escrivá se dedicó apasionadamente a la universidad. Invitaba a los estudiantes, uno a uno, personalmente, a «difundir bondad, luz, entusiasmo, generosidad, espíritu de sacrificio, constancia en el trabajo, profundidad en el estudio» (Surco, n. 927).

Tener un encuentro con el Santo Padre es siempre, para un hijo de la Iglesia, motivo de alegría profunda. Es también motivo de responsabilidad, confirmación de la misión que a cada uno confiere la Iglesia: ser «apóstoles enraizados en la palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo» (Mensaje para la XXI Jornada Mundial de la Juventud). El Romano Pontífice propone esta meta especialmente a los jóvenes, que confían sinceramente en Su oración por esta intención; como Su Santidad nos ha sugerido, ponemos la oración y el trabajo de estos días en manos de María, para estar más cerca de Jesús en la Cruz.

Paso la palabra al Presidente de este UNIV 2006. Gracias de nuevo, Santo Padre.

Romana, n. 42, Enero-Junio 2006, p. 105-106.

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