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Discorso in occasione della IV Giornata Mondiale della Gioventù, celebrata a Santiago de Compostela (19-VIII-1989).

Queridos jóvenes: os saludo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo: "el Camino, la Verdad y la Vida ". A vosotros, que habéis venido de todos los pueblos de España y de las diferentes naciones de América Latina, así como de tantos países del mundo, os doy las gracias por haber aceptado mi invitación a hacer juntos esta peregrinación, este camino hasta la tumba del Apóstol Santiago.

Saúdo agora ós xóvenes de toda Galicia e, en especial, ós da arquidiócese de Santiago. Vos tendes a sorte de ofrecerlle casa e hospitalidade ós peregrinos que chegan á vósa terra, terra privilexiada por albergar unha meta dun Camiño que lleva á Alegría, ó Gozo, á Xesús Cristo. Saluto tutti voi, giovani di lingua italiana: vi auguro che questo pellegrinaggio vi serva a rafforzare il vostro cammino di fede e a consolidare la vostra gioia di seguire e di amare il Cristo, in tutte le vie della vostra vita.

Je salue de tout coeur les jeunes de langue française et je les félicite d'avoir répondu en si grand nombre à mon invitation. Chers jeunes, soyez les bienvenus à cette rencontre extraordinaire, que j'ai tant désirée! Que la joie et la paix du Christ soient toujours avec vous! My cordial greeting also goes to the many English-speaking pilgrims who are with us on this happy occasion. Dear young people: you have come to Santiago de Compostela, following in the footsteps of Christian pilgrims from many different times and places. Here, at the tomb of the Apostle James, may you be renewed in the Catholic faith, which comes to us from the Apostles. In union with the entire Church, may you commit yourselves generously to follow Jesus Christ, who alone is " the Way, the Truth, and the Life".

Mein herzlicher Gruss gilt auch Euch Jugendlichen aus den deutschsprachigen Ländern. Im Evangelium lädt Jesus uns ein, seinem Wort und Beispiel zu folgen. Nehmt die Worte Jesu nicht als Zumutung, sondern als Ermutigung zu menschlicher und christlicher Reife. Habt den Mut zur dienenden Selbsthingabe! Ihr werdet so zu Eurem wahren Sein finden, das nicht vom "Haben" verbürgt ist, und Euch als reich Beschenkte erfahren.

Sede bem-vindos, igualmente, jovens de língua portuguesa, aqui amplamente representados pelos rapazes e moças da Nação vizinha: Portugal. O Papa já tinha saudades de vocês! A todos, com viva simpatia e afecto, repito uma pergunta, feita há tempos em Lisboa: estais bem cônscios de ser "aliados naturais de Cristo" para O evangelizar? Que deste encontro leveis mais avivada e operosa a certeza de que sois testemunhas de Cristo, nossa vida, paz e alegria.

(In polacco )

Vi saluto cordialmente, giovani polacchi venuti dalla Polonia e dalle comunità polacche all'estero fino a Santiago de Compostela per la Giornata Mondiale della Gioventù dell'anno del Signore 1989, seguendo l'antichissima rotta dei pellegrini.

Esprimo la mia profonda gioia per il fatto che in questo luogo, legato alla memoria di San Giacomo, Apostolo e martire, desiderate pregare insieme con il Papa e confermarvi nella vostra vocazione, il cui modello è lo stesso Cristo, nostra Via, Verità e Vita.

Van harte groet ik ook de Vlaamse en Nederlandse jongeren. Mogen jullie door de bedevaart naar Santiago de Compostela beter begrijpen dat het aardse leven een ononderbroken pelgrimstocht is naar het hemelse vaderland en dat Jezus Christus de weg is waarlangs deze tocht moet lopen.

(In croato )

Saluto cordialmente anche tutti i giovani croati. Che Cristo sia sempre per voi, per i vostri coetanei e per tutto il vostro popolo Via, Verità e Vita.

Di cuore imparto a tutti la mia Benedizione Apostolica.

(In sloveno )

Saluto anche cordialmente tutti i giovani della Slovenia. Che Cristo sia sempre per voi e per tutti i vostri coetanei "Via, Verità e Vita".

Che vi accompagni ovunque la mia Benedizione Apostolica.

(In giapponese )

Sia lodato Gesù Cristo!

Desidero salutare tutti i giovani giapponesi venuti qui dall'Estremo Oriente per partecipare alla Giornata Mondiale della Gioventù, a questo incontro delle speranze giovanili.

Vi auguro che, uniti a Cristo, con l'aiuto della Vergine, insieme a tutti i giovani del mondo, possiate costruire un mondo nuovo.

(In vietnamita )

Saluto tutti i ragazzi e le ragazze del Vietnam. A tutti voi, che siete giunti da così lontano, auguro che, avendo compreso la missione dei laici nella Chiesa, andiate a testimoniarla per il mondo nel nome di Gesù: Egli è la Via, la Verità e la Vita.

I

El Camino

1.1. Con vosotros, que os habéis congregado aquí en gran número, tengo muy presentes, porque se han unido espiritualmente a nosotros, a tantos jóvenes y tantas jóvenes de todo el mundo, que han comunicado su cercanía y adhesión a esta Jornada.

También doy las gracias a los cardenales y obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, y a todos los fieles laicos que os han acompañado en esta ruta jacobea.

El camino. Esta es la palabra que mejor expresa la característica de este encuentro mundial de la juventud.

Os habéis puesto en marcha desde todos los países de Europa, desde todos los continentes. Algunos habéis venido a pie, como los antiguos peregrinos; otros en bicicleta, en barco, en autobús, en avión... Habéis venido para descubrir aquí, en Santiago, las raíces de nuestra fe, para comprometeros, con corazón generoso, en la "nueva evangelización", en el umbral ya del tercer milenio.

Durante siglos, innumerables peregrinos nos han precedido en el camino de Santiago. Al comienzo del primer cuadro de esta representación escénica hemos visto a los peregrinos con los símbolos característicos y tradicionales de la "ruta jacobea": el sombrero, el bastón, la concha y la calabaza. Cuando volváis a vuestros países —en vuestras casas y ambientes de estudio— estos símbolos os harán recordar el encuentro de esta noche y sobre todo su significado.

Para nosotros, igual que para los peregrinos que nos han precedido en épocas pasadas, este camino expresa un profundo espíritu de conversión. Un deseo de volver a Dios. Un camino de purificación y de penitencia, de renovación y de reconciliación.

Por esto, para todos nosotros, como para los peregrinos que nos han precedido, es muy importante terminarlo con un encuentro con el Señor, a través de los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Sé que muchos de vosotros los habéis recibido a lo largo de estos días. "La purificación del corazón y la conversión al Padre del cielo son —como han escrito en su Carta pastoral los obispos de las diócesis de la ruta jacobea— inspiración y motivo fundamentales del Camino de Santiago" (n. 57).

1.2. Vamos a reflexionar sobre el significado de la palabra "camino", para que esta conversión del corazón y el encuentro con el Señor, que estamos viviendo, den sentido a nuestra vida.

La palabra "camino" está muy relacionada con la idea de "búsqueda". Este aspecto ha sido resaltado en la representación que estamos viendo.

¿Que buscáis, peregrinos?, ha preguntado la Encrucijada de los caminos. Esta encrucijada representa la pregunta que el hombre se hace sobre el sentido de la vida, sobre la meta que quiere alcanzar, sobre la razón de su comportamiento.

Hemos visto representadas, de forma muy expresiva, algunas de las cosas que frecuentemente muchos hombres se ponen como meta de su vida y de su acción: el dinero, el éxito, el egoísmo, el bienestar. Pero los jóvenes peregrinos del escenario han visto que a la larga esto no satisface al hombre. Estas cosas no pueden llenar el corazón humano.

1.3. ¿Que buscáis, peregrinos? Esta pregunta nos la tenemos que hacer todos aquí. Sobre todo vosotros, queridos jóvenes, que tenéis ahora la vida por delante. Os invito a decidir de forma definitiva la dirección de vuestro camino.

Con las mismas palabras de Cristo os pregunto: "¿Que buscáis?" (Jn 1, 38). ¿Buscáis a Dios?

La tradición espiritual del cristianismo no sólo subraya la importancia de nuestra búsqueda de Dios. Resalta algo todavía más importante: es Dios quien nos busca. El nos sale al encuentro.

Nuestro camino de Compostela significa querer dar una respuesta a nuestras necesidades, a nuestros interrogantes, a nuestra "búsqueda" y también salir al encuentro de Dios que nos busca con un amor tan grande que difícilmente logramos entender.

1.4. Este encuentro con Dios se realiza en Jesucristo. Es en El, que ha dado la vida por nosotros, en su humanidad, donde experimentamos el amor que Dios nos tiene. "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).

Y al igual que Jesús llamó a Santiago y a los otros Apóstoles también nos llama a cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros, aquí, en Santiago, tiene que entender y creer: "Dios me llama, Dios me envía". Desde toda la eternidad Dios ha pensado en nosotros y nos ha amado como personas únicas e irrepetibles. El nos llama y su llamada se realiza a través de la persona de Jesucristo que nos dice, como ha dicho a los Apóstoles: "ven y sígueme". ¡El es el Camino que nos conduce al Padre!

Pero hay que reconocer que nosotros no tenemos ni la fuerza, ni la constancia, ni la pureza de corazón suficiente para seguir a Dios con toda nuestra vida y con todo nuestro corazón. Pidámosle a María, Ella que ha sido la primera en seguir el camino de su Hijo, que interceda por nosotros.

Jesús desea acompañarnos, como acompañó a los discípulos en el camino de Emaús. El nos indica la dirección del camino a seguir. El nos da la fuerza. Al volver a casa, al igual que los discípulos del relato evangélico, podremos decir que nuestro corazón ardía cuando nos hablaba en el camino y que le hemos reconocido al partir el pan (cfr. Lc 24, 22. 25). Será el momento de presentarnos a nuestros hermanos, sobre todo a los demás jóvenes, como testigos. ¡Sí! ¡Testigos del amor de Dios y de su esperanza de salvación!

II

La Verdad

2.1. "Nous cherchons la vérité". Il faut que ces paroles du dernier chant résonnent dans nos coeurs, car elles donnent le sens le plus profond du chemin de Saint-Jacques: chercher la vérité et la proclamer.

Où est la vérité? "Qu'est-ce que la vérité?" (Jn 18, 38). Avant vous, quelqu'un a posé cette même question à Jésus.

Au cours du jeu scénique, nous avons été témoins de trois réponses que donne le monde à ces questions. La première: mettre toute son ardeur dans la satisfaction immédiate de nos sens, rechercher continuellement les plaisirs de la vie. A cela, les pèlerins ont répondu: "Nous nous sommes amusés, mais... nous continuons à marcher dans le vide".

La seconde réponse, celle des violents qui mettent leur intérêt dans le pouvoir et la domination sur autrui, les pèlerins du deuxième tableau ne l'ont pas jugée bonne non plus. Cette réponse conduit non seulement à la destruction de la dignité de l'autre —frère ou soeur—, mais encore à la destruction de soi-même. Certaines expériences de ce siècle, qui se poursuivent encore de nos jours, montrent à l'évidence où l'on aboutit quand on prend pour but le pouvoir et la suprémacie sur les autres.

Le troisième réponse, donnée par les toxicomanes, c'est chercher la libération et l'épanouissement de la personne dans l'évasion du réel. C'est la triste expérience faite par tant de gens, entre autres par beaucoup de jeunes de votre âge, qui se sont engagés sur ce chemin ou d'autres similaires. Au lieu de les conduire vers la liberté, ces voies les mènent à l'esclavage, et même à l'autodestruction.

2.2. Je suis persuadé que, comme presque tous les jeunes d'aujoud'hui, vous êtes préoccupés par la pollution de l'air et de la mer, et que la question de l'écologie vous tient à coeur. Vous êtes choqués du mauvais usage des biens de la terre et de la destruction progressive de l'environnement. Et vous avez raison. Il faut entreprendre une action coordonnée et responsable avant que notre planète ne subisse des dommages irréversibles.

Mais, chers jeunes, il existe aussi une pollution des idées et des moeurs qui peut conduire à la destruction de l'homme. Cette pollution, c'est le péché, d'où naît le mensonge.

La vérité et le mensonge. Il faut reconnaître que bien des fois le mensonge se présente à nous sous les traits de la vérité. Aussi est-il nécessaire de pratiquer le discernement pour reconnaître la vérité, la Parole qui vient de Dieu, et repousser les tentations qui viennent du "Père du mensonge". Je veux parler du péché qui consiste à nier Dieu, à refuser la lumière. Comme dit l'Evangile de Jean, "la vrai lumière" était dans le monde: le Verbe "par qui le monde était fait, mais le monde ne l'a pas reconnu" (cfr. Jn 1, 9-10).

2. 3. "A la racine du péché humain, il y a donc le mensonge en tant que refus radical de la vérité qui est dans le Verbe du Père, par lequel s'exprime la toute-puissance et en même temps l'amour «de Dieu le Pere, Créateur du ciel et de la terre

»" (Dominum et vivificantem, n. 33).

"La vérité qui est dans le Verbe du Père". Voilà ce que nous voulons dire quand nous reconnaissons Jésus-Christ comme la Vérité. "Qu'est-ce que la vérité?" lui demandait Pilate. La tragédie de Pilate a été que la Vérité se tenait devant lui en la personne de Jésus-Christ, et qu'il n'a pas été capable de la reconnaître.

Chers jeunes, cette tragédie ne doit pas se reproduire dans notre vie. Le Christ est le centre de la foi chrétienne; la foi que l'Eglise proclame aujourd'hui, comme elle l'a toujours fait, à tous les hommes et à toutes les femmes: Dieu s'est fait homme. "Le Verbe s'est fait chair, il a habité parmi nous" (Jn 1, 14). Les yeux de la foi voient en Jésus-Christ l'homme tel qu'il peut être et tel que Dieu veut qu'il soit. En même temps Jésus nous révèle l'amour du Père.

2.4. Comme je l'ai écrit dans le Message pour cette Journée mondiale de la Jeunesse, la vérité est l'exigence la plus profonde de l'esprit humain. Avant tout, vous devez avoir soif de la vérité sur Dieu, sur l'homme, sur la vie et le monde.

Mais la Vérité, c'est Jésus-Christ. Aimez la Vérité! Vivez dans la vérité! Portez la vérité au monde! Soyez témoins de la Vérité! Jésus est la vérité qui sauve; il est la Vérité entière vers laquelle nous guidera l'Esprit de Vérité (cfr. Jn 16, 13).

Chers jeunes: cherchons la vérité sur le Christ, sur son Eglise! Mais soyons cohérents: aimons la vérité, vivons dans la vérité, proclamons la vérité! O Christ, enseigne-nous la Vérité! Sois pour nous l'unique Vérité!

III

La Vida

3.1. Infine, carissimi giovani, Cristo è la Vita! Sono certo che ciascuno di voi ama la vita, non la morte. Voi desiderate vivere la vita in pienezza, animati dalla speranza, che nasce da un progetto di ampio respiro.

E' giusto che abbiate sete di vita, di vita piena. Siete giovani proprio per questo. Ma in che cosa consiste la vita? Qual'è il senso della vita e qual'è il modo migliore per attuarlo? Poco fa avete cantato con entusiasmo: "Somos peregrinos de la vida, caminantes unidos para amar". Non c'è in questo lo spunto per la risposta che cercate?

La fede cristiana pone un legame profondo tra amore e vita. Nel Vangelo di Giovanni leggiamo: "Dio ha tanto amato il mondo da dare il suo Figlio unigenito, perché chiunque crede in lui non muoia, ma abbia la vita eterna" (Gv 3, 16). L'amore di Dio ci porta alla vita, e questo amore e questa vita si fanno realtà in Gesù Cristo. Egli è l'amore incarnato del Padre; in lui "si sono manifestati la bontà di Dio, salvatore nostro, il suo amore per gli uomini" (Tt 3, 4).

Cristo, carissimi giovani, è dunque l'unico interlocutore competente, al quale potete porre le domande essenziali sul valore e sul senso della vita: non solo della vita sana e felice, ma anche di quella gravata dalla sofferenza, quando sia segnata da qualche handicap fisico o da situazioni di disagio familiare e sociale. Sì, Cristo è l'unico interlocutore competente, anche per le domande drammatiche, che è possibile formulare più con i gemiti che con le parole. Lui interrogate, lui ascoltate!

Il senso della vita, Egli vi dirà, sta nell'amore. Solo chi sa amare fino a dimenticare se stesso per donarsi al fratello realizza a pieno la propria vita ed esprime nel massimo grado il valore della propria vicenda terrena. E' il paradosso evangelico della vita che si riscatta perdendosi (cfr. Gv 12, 25), un paradosso che trova la sua piena luce nel mistero del Cristo morto e risorto per noi. 3.2. Queridos jóvenes, en la dimensión del don se presenta la perspectiva madura de una vocación humana y cristiana. Esto es importante sobre todo para la vocación religiosa, en la que un hombre o una mujer, mediante la profesión de los consejos evangélicos, hace suyo el programa que Cristo mismo realizó sobre la tierra para el Reino de Dios. Ellos se comprometen a dar un testimonio particular del amor de Dios por encima de todo, y recuerdan a cada uno la llamada común a la unión con Dios en la eternidad.

El mundo actual necesita como nunca estos testimonios, porque muy a menudo está tan ocupado en las cosas de la tierra que olvida las del cielo.

Quiero recordar aquí de modo particular a las 400 jóvenes religiosas de vida contemplativa de España, que me han manifestado sus deseos de estar presentes en este encuentro. Sé ciertamente que están muy unidas a todos nosotros a través de la oración en el silencio del claustro. Hace siete años, muchas de ellas asistieron al encuentro que tuve con los jóvenes en el estadio Santiago Bernabeu de Madrid. Después, respondiendo generosamente a la llamada de Cristo, le han seguido de por vida. Ahora se dedican a rezar por la Iglesia, pero sobre todo por vosotros y vosotras, jóvenes, para que sepáis responder también con generosidad a la llamada de Jesús.

Con profundo gozo me es grato presentaros también, como modelo de seguimiento a Cristo, la encomendable figura del Siervo de Dios Rafael Arnáiz Barón, muerto como oblato trapense a los 27 años de edad, en la abadía de San Isidro de Dueñas (Palencia). De él se ha dicho justamente que vivió y murió "con un corazón alegre y con mucho amor a Dios". Fue un joven, como muchos de vosotros y de vosotras, que acogió la llamada de Cristo y le siguió con decisión.

3.3. Tuttavia, giovani che mi ascoltate, la chiamata di Cristo non si rivolge soltanto a Religiose, Religiosi e Sacerdoti. Egli chiama tutti; chiama anche chi, sorretto dall'amore, si avvia verso il traguardo del matrimonio. E' Dio infatti che ha creato l'essere umano maschio e femmina, introducendo così nella storia quella singolare "duplicità", grazie alla quale l'uomo e la donna, pur nella sostanziale parità dei diritti, si caratterizzano per quella meravigliosa complementarietà degli attributi, che ne feconda la reciproca attrazione. Nell'amore che sboccia dall'incontro della mascolinità con la femminilità s'incarna l'appello di Dio stesso, il quale ha creato l'uomo "a sua immagine e somiglianza" proprio come "uomo e donna". Questo appello Cristo ha fatto proprio, arricchendolo di valenze nuove nell'Alleanza definita stipulata sulla croce. Ebbene, miei cari, nell'amore di ogni battezzato Egli chiede di poter esprimere l'amore suo verso la Chiesa, per la quale ha sacrificato se stesso, affinché "potesse comparigli davanti gloriosa, senza macchia, né ruga, né altro di simile, ma santa e irreprensibile" (Ef 5, 27).

Carissimi giovani! A ciascuno di voi, come a quel vostro coetaneo di cui riferisce il Vangelo (cfr. Mt 19, 16-22), Cristo rinnova l'invito: "Seguimi!". Qualche volta quella parola significa: "Ti chiamo ad un amore totale per me"; ma molto spesso Gesù intende dire: "Segui me che sono lo sposo della Chiesa; impara ad amare la tua sposa, il tuo sposo come io ho amato la Chiesa. Diventa partecipe anche tu di quel mistero, di quel sacramento, di cui nella Lettera agli Efesini si dice che è "grande": grande appunto "in riferimento a Cristo e alla Chiesa" (Ef 5, 32).

Giovani che mi ascoltate! Cristo desidera insegnarvi la meravigliosa ricchezza dell'amore sponsale. Lasciate che Egli parli al vostro cuore. Non fuggite da lui. Egli ha qualcosa di importante da dirvi per il futuro del vostro amore. Soprattutto, con la grazia del sacramento, Egli ha qualcosa di decisivo da darvi, perché il vostro amore abbia in sé la forza necessaria per superare le prove dell'esistenza.

Molte voci intorno a voi parlano oggi un linguaggio diverso da quello di Cristo, proponendo modelli di comportamento che, in nome di una "modernità" affrancata da "complessi" e da "tabù", —come si è soliti dire— riducono l'amore ad esperienza provvisoria di gratificazione personale o anche di mero godimento sessuale. A chi sa guardare con occhio libero da pregiudizi questo genere di rapporti, non è difficile scorgere dietro l'orpello delle parole la realtà deludente di un atteggiamento egoistico, che mira principalmente al proprio tornaconto. L'altro non è più riconosciuto nella sua dignità di soggetto ma è declassato al rango di oggetto, di cui si dispone secondo criteri ispirati non ai valori ma all'interesse.

Lo stesso figlio, che dovrebbe essere il frutto vivo dell'amore dei genitori, che in esso s'incarna e in certo modo si trascende e si perpetua, finisce per essere sentito come una cosa, che si ha il diritto di pretendere o di rifiutare a seconda del proprio soggettivo stato d'animo.

Come non riconoscere in tutto ciò il tarlo di una mentalità consumistica che ha lentamente svuotato l'amore di quel contenuto trascendente, in cui si manifesta una scintilla del fuoco che arde nel cuore stesso della Trinità santissima? Bisogna riportare l'amore a questa sua eterna sorgente, se si vuole che esso continui a generare appagamento vero, gioia, vita.

A voi, giovani, il compito di farvi testimoni in mezzo al mondo di oggi della verità sull'amore. E' una verità esigente, che spesso contrasta con le opinioni e con gli "slogan" correnti. Ma è l'unica verità degna di esseri umani, chiamati a far parte della famiglia di Dio!

IV

Respuesta a la llamada de Cristo

4.1. Vosotros y vosotras habéis venido a este Monte del Gozo, llenos de ilusión y de confianza, dejando a un lado las insidias del mundo, para encontrar verdaderamente a Jesús, "el Camino, la Verdad y la Vida", el cual os invita todos a seguirlo con amor. Es una llamada universal, que no tiene en cuenta el color de la piel, la condición social o la edad. En esta noche, tan emotiva por su significado religioso, fraternidad y alegría juvenil, Cristo Amigo está en medio de la asamblea para preguntaros personalmente si queréis seguir decididamente el camino que El os muestra, si estáis dispuestos a aceptar su Verdad, su Mensaje de salvación, si deseáis vivir plenamente el ideal cristiano.

Es una decisión que debéis tomar sin miedo. Dios os ayudará, os dará su luz y su fuerza para que sepáis responder con generosidad a su llamada. Llamada a una vida cristiana total.

¡Responded a la llamada de Jesucristo y seguidle!

4.2. Pero, más de uno de vosotros y de vosotras se estará preguntando: ¿Qué quiere Jesús de mí? ¿A qué me llama? ¿Cual es el sentido de su llamada para mí?

Para la gran mayoría de vosotros el amor humano se presenta como una forma de autorealización en la formación de una familia. Por eso, en el nombre de Cristo deseo preguntaros:

¿Estáis dispuestos a seguir la llamada de Cristo a través del sacramento del matrimonio, para ser procreadores de nuevas vidas, formadores de nuevos peregrinos hacia la ciudad celeste?

En la historia de la salvación, el matrimonio cristiano es un misterio de fe. La familia es un misterio de amor, al colaborar directamente en la obra creadora de Dios. Amadísimos jóvenes, un gran sector de la sociedad no acepta las enseñanzas de Cristo y, en consecuencia, toma otros derroteros: el hedonismo, el divorcio, el aborto, el control de la natalidad y los medios de contracepción. Estas formas de entender la vida están en claro contraste con la Ley de Dios y las enseñanzas de la Iglesia. Seguir fielmente a Cristo quiere decir poner en práctica el mensaje evangélico, que implica también la castidad, la defensa de la vida, así como la indisolubilidad del vínculo matrimonial, que no es un mero contrato que se pueda romper arbitrariamente.

Viviendo en el "permisivismo" del mundo moderno, que niega o minimiza la autenticidad de los principios cristianos, es fácil y atrayente respirar esta mentalidad contaminada y sucumbir al deseo pasajero. Pero tened en cuenta que los que actúan de este modo no siguen ni aman a Cristo. Amar significa caminar juntos en la misma dirección hacia Dios, que es el origen del Amor. En esta dimensión cristiana, el amor es más fuerte que la muerte, porque nos prepara a acoger la vida, a protegerla y defenderla desde el seno materno hasta la muerte. Por eso os pregunto nuevamente:

¿Estáis dispuestos y dispuestas a salvaguardar la vida humana con el máximo cuidado en todos los instantes, aun en los más difíciles? ¿Estáis dispuestos, como jóvenes cristianos, a vivir y defender el amor a través del matrimonio indisoluble, a proteger la estabilidad de la familia que favorece la educación equilibrada de los hijos, al amparo del amor paterno y materno que se complementan mutuamente?

Este es el testimonio que se espera de la mayoría de vosotros y vosotras, jóvenes. Ser cristiano significa dar testimonio de la verdad cristiana; y hoy, particularmente, es poner en práctica el sentido auténtico que Cristo y la Iglesia dan a la vida y a la plena realización del joven y de la joven a través del matrimonio y de la familia.

4.3. Sim, meus queridos jovens, Cristo chama-vos não somente a caminhar com Ele nesta peregrinação da vida. Ele vos envia em seu lugar, para serdes mensageiros da verdade, para serdes suas testemunhas no mundo, concretamente, diante dos outros jovens como vós, porque muitos deles hoje, no mundo inteiro, estão em busca do caminho, da verdade e da vida, mas não sabem para onde ir.

"Chegou a hora de empreender uma nova evangelização" (Christifideles laici, 34); e vós não podeis faltar a esta chamada urgente. Neste local, dedicado a São Tiago, o primeiro dos Apóstolos que deu testemunho da fé com o martírio, comprometamo-nos a acolher o mandato de Cristo: "sereis minhas testemunhas... até às extremidades da terra" (Act 1, 8).

Que significa dar testemunho de Cristo? Significa simplesmente viver de acordo com Evangelho: "Amarás ao Senhor, teu Deus, com todo o teu coração, com toda a tua alma e com toda a tua mente... Amarás ao teu próximo como a ti mesmo" (Mt 22, 37.39).

O cristão está chamado a servir os irmãos e a sociedade, a promover e a apoiar a dignidade de cada ser humano, a respeitar, defender e favorecer os direitos da pessoa, a ser construtor de uma paz duradoura e autêntica, baseada na fraternidade, na libertade, na justiça e na verdade.

Apesar das maravilhosas possibilidades oferecidas à humanidade pela tecnologia moderna, existe ainda muita pobreza e miséria no mundo. Em numerosas regiões da terra as pessoas vivem ameaçadas pela violência, pelo terrorismo e até mesmo pela guerra. O nosso pensamento dirige-se, uma vez mais, para o Líbano e para outros países do Médio Oriente, assim como para todos os povos e regiões onde há guerra e violência.

É uma necessidade urgente poder contar com enviados de Cristo, mensageiros cristãos. E vós jovens, todos, moços e moças, sereis para o futuro esses enviados e mensageiros. 4.4. La llamada de Cristo lleva por un camino que no es fácil de recorrer, porque puede llevar incluso a la cruz. Pero no hay otro camino que lleve a la verdad y dé la vida. Sin embargo, no estamos solos en este camino. María con su fiat abrió un camino nuevo a la humanidad. Ella, por su aceptación y entrega total a la misión de su Hijo, es prototipo de toda vocación cristiana. Ella caminará con nosotros, será nuestra compañera de viaje, y con su ayuda podremos seguir la vocación que Cristo nos ofrece.

Queridos jóvenes, pongámonos en camino con María; comprometámonos a seguir a Cristo, Camino, Verdad y Vida. Así seremos ardientes mensajeros de la nueva evangelización y generosos constructores de la civilización del amor.

Romana, n. 9, Luglio-Dicembre 1989, p. 203-211.

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