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Sevilla: 4 a 8 de mayo de 2023

La ciudad de Sevilla acogió al prelado del Opus Dei entre los días 4 y 8 de mayo. En la capital andaluza, monseñor Ocáriz visitó, a las pocas horas de llegar, la basílica del Gran Poder, donde se encuentra la conocida escultura de Cristo con la cruz a cuestas, tan amada por el pueblo sevillano. El día 5, el prelado estuvo en la catedral, donde rezó ante la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad, y saludó al arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses.

Durante su estancia en Sevilla recibió a diversos colectivos educativos y sociales, como el grupo escolar Attendis, que cuenta con veinte colegios en Andalucía y Extremadura y cumple medio siglo de vida precisamente este año, o como el centro educativo Albaydar y el colegio Mayor Alborán, dos obras corporativas del Opus Dei a las que acudió.

Además, tuvo tres encuentros con centenares de familias, que sumaban más de dos mil quinientas personas cada vez, andaluzas y extremeñas, en el auditorio Cartuja Center Cite de Sevilla, situado en la Isla de la Cartuja. En sus intervenciones, respondiendo a preguntas y testimonios de los asistentes, alentó a todos a un esperanzador apostolado. A la abuela de Pedro Ballester, numerario joven fallecido en Manchester en 2018 por un cáncer, le animó a compartir con sus nietos su sabia experiencia, humana y cristiana, de la vida. A raíz de la pregunta de un matrimonio joven, Teresa y Antonio, casi nativos digitales, puso de relieve el potencial de las redes sociales para hacer el bien. María y Fran Valderrama, que tienen una escuela de diseñadores de moda y desempeñan una intensa actividad como organizadores de eventos en ese ámbito, le preguntaron por la conciliación entre el trabajo y la familia. «Conciliar es priorizar la familia», respondió don Fernando, «es priorizar la caridad, y es establecer una jerarquía de valores con un orden flexible, que seguimos voluntariamente cada uno en beneficio de la propia familia».

En los varios encuentros o tertulias de esos días no faltaron momentos musicales enraizados en la tradición local: una salve rociera, unas sevillanas a cargo del coro Sones de Altair, un baile flamenco, etc. En un encuentro con gente joven, una chica se animó a cantar una canción compuesta por ella misma, Manejar el viento, y alguien, que sabía que la sexta sinfonía de Beethoven estaba siendo escuchada cuando el joven Fernando Ocáriz se decidió a pedir la admisión en la Obra, tocó un fragmento al piano. El prelado agradeció el gesto y recordó sucintamente aquel momento.

Romana, n. 76, Enero-Junio 2023, p. 44-45.

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