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En breve

São Paulo (Brasil)

Reinventando la evangelización durante la pandemia

En cuanto empezó la cuarentena ocasionada por el Covid, fue necesario más que nunca utilizar la creatividad para encontrar formas de mantener el contacto con las personas que frecuentan el Centro de Estudios Universitarios do Sumaré (CEUS). La generación más joven, habituada a utilizar los canales digitales para todo, no tuvo dificultades en adaptar casi todos los encuentros que antes se hacían presencialmente a los medios online: así fue que empezaron las charlas de doctrina católica cada uno desde su móvil, las tertulias culturales en la web, e incluso las romerías a distancia promovidas por los residentes de CEUS.

Las romerías a la Virgen fueron quizá uno de los campos en los que más hubo que utilizar la creatividad: mientras algunos la hicieron por medios digitales –visitando santuarios de la Virgen que habían habilitado una conexión en directo en su sitio web, conectándose con un amigo y rezando desde sus computadoras, otros la hicieron “por teléfono”, es decir, llamaron un amigo y se pusieron a rezar el rosario mientras cada cual caminaba a un santuario cercano a su casa que estuviese abierto a pesar del confinamiento. En todos los casos, los amigos se quedaron muy contentos por mantener la “proximidad” en la distancia, también durante el mes dedicado a la Virgen.

Sidney (Australia)

Creston College, “Adoptemos un abuelo

Las universitarias de Creston College visitan regularmente a residentes de asilos de mayores como parte del programa del gobierno australiano, Visitantes de la Comunidad (CVS). De acuerdo con este plan y las indicaciones del personal del hogar de mayores, las universitarias acompañan a ancianos o ancianas que no tienen muchas visitas. Cada voluntaria se compromete a visitar a su “abuela o abuelo adoptado” semanal o quincenalmente. El objetivo es proporcionar compañía y amistad a los más aislados social o culturalmente. Gracias a los horarios flexibles, cada universitaria organiza su propia visita durante la semana.

El compromiso de las voluntarias responde a diferentes razones; la principal es proporcionar el calor humano que cada persona necesita. Algunas lo expresan en términos de hacer un mundo más humano. Una estudiante dijo que daba «una o dos horas de su tiempo para reunirse cara a cara con una persona que probablemente haya dado a otros en el pasado muchas horas del suyo». Este voluntariado comenzó con residentes de Creston, pero desde entonces se ha extendido para incluir a sus amigas.

Durante el confinamiento del Covid, dada la imposibilidad de hacer las visitas en persona, las universitarias reemplazaron el tiempo que pasarían en su visita, escribiendo cartas, elaborando mensajes de vídeo o grabando presentaciones para enviar a sus “abuelos adoptivos”. Los mensajes se enviaban cada semana al hogar de ancianos. También las estudiantes que se trasladaron a sus casas durante el lock down continuaron sus “visitas”, preparando y enviando sus mensajes desde donde se encontraban: en el extranjero o en otro estado del país.

Roma (Italia) y Abiyán (Costa de Marfil)

Encontrar trabajo para quedarse en África

La búsqueda de una vía alternativa a la migración irregular constituye un punto central del proyecto de cooperación internacional coordinado por la asociación ELIS y la asociación marfileña ADESC, las dos promovidas por miembros del Opus Dei junto con otras personas.

Jean Luc vive en Abiyán, donde ahora trabaja como técnico en una empresa eléctrica. No siempre se había dedicado a esto y, sobre todo, no siempre había tenido la oportunidad de tener unas condiciones de trabajo que le permitieran mirar al futuro con esperanza.

Al terminar el bachillerato, como no tenía medios económicos para estudiar en la universidad, optó por asistir a los cursos que el centro ADESC Akatio ofrecía a los jóvenes que intentaban construirse un futuro.

Gracias a Richesse Ivorienne (“Riqueza Marfileña” en francés), el proyecto desarrollado por el centro Akatio junto con el Centro ELIS de Roma (con el apoyo financiero del Ministerio del Interior italiano), Jean Luc pudo recibir la formación necesaria para encontrar trabajo en el sector de la construcción y luego como técnico de electricidad.

«Antes del curso trabajaba, pero sin ninguna cualificación», dice Jean Luc, que antes de conocer ADESC hacía pequeños trabajos sin mucha perspectiva. «Entonces me hablaron de la posibilidad de tener una formación gratuita en ámbitos en los que ya estaba trabajando».

«Así conocí a Thomas, el director del proyecto», continúa Jean Luc, «me ayudó mucho... Fue un mentor para mí». Thomas se encargó de seguir todas las etapas de la formación de Jean Luc, desde las lecciones prácticas y teóricas hasta la introducción en el mundo laboral.

En la actualidad, Jean Luc trabaja para una empresa de electricidad con un contrato de duración determinada, pero espera ser contratado de forma permanente cuando llegue el final del mismo. «Realmente no me importa el tiempo que me pueda llevar dar el siguiente paso. Lo que me motiva es la perspectiva de mejorar. Además, mi formación, incluida la experiencia que he tenido en la construcción, me está ayudando mucho en mi trabajo: todo lo que se aprende es útil».

Aunque el proyecto Richesse Ivorienne finalizó en octubre de 2018, seguirá vivo de otra forma. De hecho, el ELIS ha dado vida al proyecto ForSUD en Costa de Marfil y Nigeria, con la colaboración de ADESC y la cofinanciación de la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo.

Al igual que Richesse Ivorienne, la propuesta de una vía alternativa a los riesgos de la migración irregular, a través de la formación profesional y empresarial gratuita, es una parte fundamental de este nuevo proyecto. Todo ello con una especial atención a la formación humana, que es muy importante para que los jóvenes a los que se dirige sean realmente conscientes de sus propios medios y capacidades.

Lo que impulsa proyectos como éste es el «deseo de esforzarse por llevar la esperanza allí donde no la hay y donde hay penurias», como dice el vicepresidente de la Asociación del Centro ELIS, Daniele Maturo. Y es que, en el mundo, independientemente de la latitud y la ubicación geográfica, es necesario comunicar cuál es la verdadera riqueza en la que merece la pena invertir: las personas.

Santiago de Chile (Chile)

Diálogos acerca de la encíclica Fratelli Tutti

El 11 y el 18 de noviembre de 2020, la Universidad de los Andes organizó un conversatorio online acerca de la Encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco. La primera sesión corrió a cargo de Mons. Cristián Roncagliolo, obispo auxiliar de Santiago, y María del Pilar Río, profesora de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma), quienes abordaron los aspectos pastorales y eclesiales del documento. En la segunda, Matías Petersen y Gonzalo Letelier, profesores de la Universidad de los Andes, analizaron algunos aspectos sociales y políticos de la encíclica.

Montevideo (Uruguay)

Proyecto con mujeres privadas de libertad

En 2019, la Universidad de Montevideo (UM) decidió empeñarse, junto a la asociación Jóvenes Fuertes (JF), en una iniciativa vinculada al Sistema Carcelario Nacional. El proyecto “Kintsugi: Cicatrices de oro”, que toma su nombre del concepto del arte japonés de sellado de oro, finalizó el ciclo de diagnóstico y se encuentra en la etapa de diseño de iniciativas y búsqueda de fondos, para implementar mejoras de la Unidad 5 de Colón (cárcel de mujeres en Montevideo).

Los inicios y los aliados

Hace algún tiempo la asociación Jóvenes Fuertes decidió explorar la posibilidad de dictar talleres de psicología positiva a las mujeres privadas de libertad. Al tomar conocimiento del trabajo de voluntarias en dicho centro, de la iniciativa de JF y de otras similares a nivel regional, la UM se acercó a JF para crear un proyecto conjunto que apoye la mejora de la Unidad 5 y la calidad de vida de las reclusas. El primer paso fue el diálogo y la firma de acuerdos con el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).

Es así que nace “Kintsugi - Cicatrices de oro”. Se trata de una propuesta que busca bajar el índice de reincidencia de las mujeres privadas de libertad en Uruguay y que se enfoca en generar un impacto positivo en su entorno familiar, así como en su comunidad más cercana.

El proyecto tiene como objetivo desarrollar actividades concretas en la Unidad 5 de Colón, conseguir los recursos y medios para la consecución del plan, así como procurar la colaboración de diferentes actores de la sociedad: entes estatales, instituciones públicas y privadas, autoridades, las personas privadas de libertad, sus familias, universidades, fundaciones, empresas, medios de comunicación y la sociedad en general.

Un proyecto interinstitucional

Con el propósito de detectar oportunidades de trabajo conjunto, previo a firmar el acuerdo con el INR, la UM se reunió con autoridades del gobierno para generar sinergia en la construcción del proyecto. Representantes de la Universidad visitaron las unidades carcelarias 1, 5 y 6, y mantuvieron reuniones con autoridades y representantes del INR, de su Centro de Formación Penitenciario, directivos de la Unidad 5 y de la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado.

Foco en la raíz del problema y en el rol de la mujer

«Pensamos en un proyecto con mujeres porque la mujer tiene un rol muy importante en la familia; en general, es quien provee contención al grupo. Por lo tanto, una mejora en las oportunidades de trabajo para mujeres que salen del sistema, puede tener un gran impacto a nivel social», destaca la directora de Initium (el centro de liderazgo, emprendimiento e innovación de la UM), que lidera el proyecto dentro de la Universidad.

«El proyecto surgió con la idea de enseñar a emprender a las mujeres privadas de libertad luego de salir de la situación de cárcel. Sin embargo, cuando empezamos la etapa de diagnóstico, nos dimos cuenta de que había muchas otras necesidades en estas mujeres, antes de que pudieran aprender a liderar un proyecto como el que pensábamos», explica la directora de Initium.

Con este cambio de perspectiva, el plan de trabajo comenzó a considerar ideas para la mejora general de gestión de la Unidad, mejora del plan de alimentación, de los planes de adicción y rehabilitación de drogas, de la atención médica y el desarrollo de –al menos– tres negocios inclusivos que funcionen dentro de la Unidad 5. Este último punto considera incluir una capacitación acorde para generar oportunidades de vida al salir de la cárcel y la creación y articulación de una red de instituciones que vincule a todas las organizaciones públicas y privadas que colaboran con la Unidad 5.

Autoestima, dignidad y sentimiento de abandono

Según cifras del INR, en Uruguay existen 13.000 privados de libertad, de los cuales 543 son mujeres. Trescientas ochenta de estas mujeres se encuentran en la Unidad 5 de Colón. El 26% de ellas llegan allí asociadas al comercio de estupefacientes; la mayoría no tenía trabajo antes de ingresar a la cárcel. En la mayoría de los casos, fueron cómplices de delitos protagonizados por sus parejas.

En las primeras entrevistas de campo, se llegó a la conclusión de que la mayoría de las mujeres privadas de libertad no tiene asumido un hábito de trabajo y, además, tiene problemas de autoestima y dignidad. Se sienten abandonadas por la familia y la sociedad, pero están abiertas al diálogo con respeto.

Etapa actual del proyecto

Durante el 2019, con el objetivo de conocer la realidad y armar un diagnóstico de la situación, se realizaron diferentes visitas a la Unidad 5. En el marco de la materia de Creatividad e Innovación de la UM, junto a personal de la Asociación Jóvenes Fuertes, se realizaron sesenta entrevistas a mujeres privadas de libertad, diez entrevistas a operadores, once talleres sobre el sentido y propósito para las mujeres privadas de libertad, tres talleres sobre cuidar al que cuida (para operarios) y se generaron doce ideas y soluciones testeadas usando la metodología de Design Thinking.

Una vez finalizada la etapa de diagnóstico y diseño, el equipo coordinador de “Kintsugi - Cicatrices de oro” se focalizará en la búsqueda de fondos, nacionales e internacionales, para comenzar a articular las siguientes etapas del proyecto: creación del equipo ejecutivo y contrataciones, implementación, medición, seguimiento y control.

Para asegurar su sustentabilidad, una de las prerrogativas del proyecto es que cada organización que se involucre con el mismo, debe contratar al menos una persona liberada para demostrar un serio compromiso. Para la directora de Initium, «esta determinación tiene el cometido de generar conciencia de que la solución viene desde la sociedad misma, convirtiendo en verdaderos transformadores sociales a los ciudadanos y organizaciones que participen».

Romana, n. 70, Enero-Diciembre 2020, p. 142-146.

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