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Devoción en el mundo

San Josemaría «regresa» a Río de Janeiro, Brasil (25-V-2019)

San Josemaría llegó por primera vez a Río de Janeiro un 22 de mayo de 1974. 45 años más tarde, por deseo de la arquidiócesis de Río de Janeiro, se recordó esa fecha con una proyección de imágenes de san Josemaría sobre la escultura del Cristo del Corcovado, visibles desde la ciudad. El cardenal arzobispo de Río de Janeiro, Obispo Orani, envió unas palabras de adhesión al homenaje, así como el Padre Omar, rector del santuario del Cristo Redentor de Corcovado.

El vicario de la delegación del Opus Dei en Río de Janeiro impartió la bendición con una reliquia del fundador junto a la base del Cristo Redentor. «Quiero invocar su intercesión, -dijo el Padre Fabio Carvalheiro-, para que muchos escuchen la llamada a la santidad que Cristo dirige a todos, y que san Josemaría nos animó a difundir».

Acudieron a la bendición, entre otros fieles, un grupo de seminaristas pertenecientes al seminario de san José de Río de Janeiro, quienes pusieron bajo la protección del santo su futuro ministerio.

El vicario recordó que «san Josemaría siempre tuvo una gran sensibilidad por los más necesitados y por los que sufren. A lo largo de su vida ha promovido y fomentado innumerables iniciativas sociales para aliviar la pobreza. Que la bendición de hoy con sus reliquias traiga consuelo y alivio a todos los que sufren, y despierte en muchos corazones el deseo generoso de remediar el sufrimiento de tantos cariocas».

En 1974, cuando san Josemaría viajaba en avión hacia São Paulo, vio desde lo alto el santuario de Nuestra Señora de Penha. En el recuerdo de su visita, bajo el Cristo del Corcovado, se rezó la oración a la Virgen que el fundador recitó en aquella ocasión: «Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando estés con el Señor, de hablar bien de nosotros».

«A los pies de Cristo Redentor —finalizó el vicario—, que nos acoge a todos con los brazos abiertos, pedimos la bendición de san Josemaría para que el pueblo brasileño siga viviendo fraternalmente, como hijos de Dios».

El prelado bendice una estatua en la parroquia de San Giovanni Battista al Collatino, Roma (13-I-2019)

El día de la fiesta del Bautismo de Señor, Mons. Fernando Ocáriz celebró la Misa en la iglesia parroquial de San Giovanni Battista al Collatino. Para la comunidad parroquial en el corazón del barrio Tiburtino de Roma la celebración fue doble: después de la Santa Misa monseñor Fernando Ocáriz bendijo a los niños bautizados en la parroquia en 2018 y una estatua de san Josemaría.

Meditando el pasaje evangélico del día, el prelado invitó a «recordar nuestro Bautismo, el momento en que Jesús vino a habitar en nuestros corazones». Durante la homilía quiso destacar dos aspectos por los que debemos estar agradecidos al Señor: la filiación divina y la posibilidad de hablar con Él. De hecho, en virtud del Bautismo «pase lo que pase podemos decir: soy un hijo de Dios». También por esta razón invitó a cada uno de los presentes a preguntarse: «¿Vivo todos los momentos del día, la vida familiar, el trabajo, como un hijo de Dios?».

Refiriéndose a una reciente catequesis sobre el Padre Nuestro del Papa Francisco, Mons. Ocáriz recordó que «nuestro Bautismo nos enseña una nueva forma de hablar con Dios, la oración de los niños». A partir de esta consideración sugirió un pequeño propósito: encontrar un tiempo cada día para hablar con el Señor, quizás yendo a «la iglesia más cercana para entretenernos en este diálogo de hijos con Dios Padre, para confiarle todo lo que llevamos en el corazón».

Al final de la homilía el prelado invitó a todos a agradecer con la oración «a aquellos que hicieron posible que fuéramos bautizados en el Espíritu Santo y en el fuego».

Al término de la celebración, el párroco, don Nicola Zenoni, dio las gracias al prelado y explicó el vínculo de afecto entre la parroquia y san Josemaría: en los años sesenta del siglo pasado el fundador del Opus Dei, por indicación de san Juan XXIII, trabajó para encontrar y formar a personas que se dedicaran a la construcción de la parroquia y del centro ELIS adyacente. El 21 de noviembre de 1965, san Pablo VI, sucesor de san Juan XXIII, celebró la Santa Misa de inauguración de la parroquia, estando san Josemaría presente.

Oratorio de Adviento, Burgos, España (24-I-2019)

Para conmemorar los 80 años de la estancia de san Josemaría en la parroquia de San Cosme y San Damián de la ciudad de Burgos, durante más de un año tuvo lugar un «oratorio» que reflejaba el espíritu del Opus Dei, que fundó el santo, a través del relato de su biografía. El «oratorio» es un género musical dramático sin puesta en escena, ni vestuario, ni decorados. Compuesto generalmente para voces solistas, coro y orquesta sinfónica, a veces con un narrador, su tema es frecuentemente religioso (historias de la Biblia o del Evangelio, de la vida de Jesús o de las vidas de santos).

Un cuadro en la Basílica de Suyapa, Tegucigalpa, Honduras (8-VI-2019)

La tarde del sábado 8 de junio, en la Basílica de Nuestra Patrona la Virgen de Suyapa, tuvo lugar el acto de bendición de un retrato de san Josemaría. El acto fue presidido por el cardenal arzobispo de Tegucigalpa, Mons. Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, a quien acompañaron el vicario delegado del Opus Dei en Honduras, el párroco y rector de la Basílica, y otros sacerdotes, acompañados por numerosos devotos de san Josemaría en Honduras.

El cuadro, obra del pintor mexicano Arturo Guerrero, quedó colocado para la veneración de los fieles en el crucero derecho del templo, lugar donde ya estaban los retratos de otros santos de la época reciente como san Juan XXIII, san Juan Pablo II y san Óscar Arnulfo Romero.

En la Catedral de Guatemala, Ciudad de Guatemala (26-VI-2019)

Al finalizar la Misa de la fiesta de san Josemaría, el pasado 26 de junio, el administrador apostólico de la Arquidiócesis de Santiago (Guatemala), Mons. Raúl Antonio Martínez bendijo un cuadro de san Josemaría que quedó colocado en la nave lateral derecha de la catedral, para la veneración de los fieles, junto a los retratos de otros santos del siglo XX, entre ellos san Juan Pablo II y santa Teresa de Calcuta. El autor del cuadro es el pintor mexicano Arturo Guerrero.

Al bendecir el cuadro, el obispo hizo referencia a la estancia de san Josemaría en Guatemala, en febrero de 1975 y a la amplia devoción al santo en todo el país.

Romana, n. 68, Enero-Junio 2019, p. 111-114.

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