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13 y 14 de diciembre. Capilla ardiente

La capilla ardiente de Mons. Javier Echevarría se instaló, en un primer momento, en la capilla del policlínico Campus Bio-Medico. El vicario auxiliar y general, Mons. Fernando Ocáriz, celebró la primera Misa corpore insepulto, a las que siguieron otras, celebradas por el vicario general, Mons. Mariano Fazio, el vicario de la delegación del Opus Dei en Roma, Rev. Carlo De Marchi y otros sacerdotes. A lo largo de la noche, médicos y enfermeras del complejo hospitalario, así como fieles de la Prelatura y amigos, acudieron a rezar ante los restos mortales del prelado.

El día 13 de diciembre, a las 10.30, el féretro abandonó el hospital entre los aplausos de las personas que quisieron darle allí su último adiós. Los restos mortales de Mons. Javier Echevarría se trasladaron a la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz.

La capilla ardiente estuvo abierta desde las 12 de la mañana hasta el momento de la sepultura, en la tarde del día 14. Durante esas horas, miles de personas se acercaron para rezar ante el féretro: personalidades de la vida pública italiana y de los medios de comunicación, académicos y padres de familia, obreros y estudiantes, religiosos, religiosas y personas de distintas instituciones de la Iglesia. También acudió un largo número de eclesiásticos, como el cardenal Agostino Vallini, vicario para la diócesis de Roma, los cardenales Jean-Louis-Pierre Tauran, Darío Castrillón Hoyos, Mauro Piacenza, Seán Patrick O'Malley, Robert Sarah, el arzobispo Vicenzo Paglia y otros obispos.

Durante el tiempo en que la capilla ardiente permaneció abierta se sucedieron Misas por el eterno descanso de Mons. Javier Echevarría.

Romana, n. 63, julio-diciembre 2016, p. 244-245.

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