Entrevista concedida a Vida Nueva, España (19-XII-2014)
Darío Menor
¿Cómo van a coordinarse entre ustedes en su responsabilidad? ¿Caerá sobre Mons. Ocáriz la labor de los viajes y el trabajo de gestión diario?
El nombramiento de Mons. Ocáriz como vicario auxiliar de la Prelatura significará una ayuda importante para el gobierno de esta porción del Pueblo de Dios que es la prelatura del Opus Dei. Ahora, él comparte conmigo la potestad ejecutiva, no solo la correspondiente a un vicario general sino también las competencias que el derecho reserva al prelado.
Gracias a Dios, en los últimos años ha crecido de modo considerable el número de circunscripciones de la Prelatura que dependen de modo más directo del prelado. Todo eso comporta un aumento del trabajo de gobierno. El vicario auxiliar —y el nuevo vicario general— podrán aportar su ayuda para seguir esa tarea de modo directo y mantener la cercanía con las personas, también a través de viajes. Espero seguir realizando visitas pastorales a los diversos países, para que los fieles de la Prelatura puedan palpar ese rasgo “familiar” (¡toda la Iglesia es familia!) de la fisonomía espiritual del Opus Dei que el fundador dejó tan marcado con su paternidad.
Nos coordinaremos trabajando cada uno en diversos asuntos, siguiendo la colegialidad que san Josemaría imprimió desde el principio al gobierno del Opus Dei.
¿Es correcto interpretar la designación de Mons. Ocáriz como una señal de que es el mejor candidato para una eventual sucesión al frente de la Prelatura?
No me corresponde a mí anticipar los tiempos. Los estatutos de la Prelatura son muy claros en este punto: establecen que la elección del prelado compete a un Congreso general electivo y requiere la confirmación del Santo Padre.
Romana, n. 59, julio-diciembre 2014, p. 323.