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Testimonio de Las Hermanas de Santa Ana

Las Hermanas de Santa Ana fueron entrevistadas por la televisión y relataron algunos aspectos de su trabajo apostólico en Chiclayo, en la Prelatura de Yauyos (Perú), encomendada a sacerdotes del Opus Dei. Ofrecemos la reproducción de la entrevista que publicó “Actualidad cañetana”, el 15 de noviembre de 2009:

“Le debemos a Mons. Escrivá de Balaguer estar en Chiclayo -contaba una Hermana-, porque cuando el Obispo Luis Sánchez-Moreno pidió insistentemente a nuestra Madre General en Roma que vinieran las hermanas de Santa Ana, para cuidar de la academia San José en la Prelatura de Yauyos, la Madre no estaba animada porque la congregación estaba preparándose para abrir una misión en África. Pero ante la insistencia de Mons. Sánchez-Moreno, la Madre decidió con su Consejo —antes de decir sí o no definitivamente al Obispo—, ir a rezar a la tumba de Mons. Escrivá en Roma.

Después de haber rezado y de haber pedido la iluminación, se reunieron en el Consejo; y estaban casi para tomar una decisión positiva cuando la Madre recibió una llamada telefónica de una de nuestras comunidades del norte de Italia —Turín—, en la que una hermana le contaba que una chica peruana deseaba entrar a nuestra congregación.

La Madre tomó este mensaje como un signo tangible por parte de Dios, por la intercesión de San Josemaría, y decidió abrir una misión en Perú costase lo que costase, sin saber a quién mandar y dónde buscar las hermanas.

Y el día 12 de octubre de 1986 la Congregación envió a cuatro hermanas, de nacionalidades distintas, a la Prelatura de Yauyos, y Dios de verdad ha bendecido nuestra misión.

Realizamos trabajos apostólicos de catequesis rural, parroquial, de enseñanza de religión en los colegios y sobre todo vemos la ayuda de Dios y la intercesión de Mons. Escrivá en muchas vocaciones que recibimos en esta misión.

Por ahora tenemos tres novicias, siete postulantes y ocho aspirantes, y la mayoría de ellas vienen de la Prelatura de Yauyos y vemos que tienen una devoción particular a Mons. Escrivá. La mayoría de ellas cuentan que han hecho una novena al santo antes de tomar la decisión de entrar a la vida religiosa.

Fue para nosotras casi una profecía por parte del padre Mario Busquet, cuando fue a pedir a la Madre que enviara a las hermanas de Santa Ana al Perú. Dijo -yo también estaba presente-: “Que vengan a Perú y van a tener bastantes vocaciones”.

Y esto es lo que constatamos, dando gracias a Mons. Escrivá y sobre todo a Dios, Nuestro Padre”.

Romana, n. 49, Julio-Diciembre 2009, p. 328-329.

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