Una estatua de san Josemaría en la basílica de San Pedro
Una estatua del fundador del Opus Dei fue colocada en el exterior de la basílica de San Pedro el 30 de agosto. La talla, extraída de un solo bloque de mármol de Carrara de unos 5 metros de altura, se aloja en una hornacina situada en la fachada del transepto izquierdo de la basílica, también llamado brazo de San José, muy cerca de la entrada a la sacristía. Las hornacinas de esta zona de la basílica fueron destinadas por Juan Pablo II a esculturas de santos y fundadores de nuestro tiempo. En el Vaticano existen más de 150 esculturas de santos, incluyendo también las situadas en el Colonnato.
La estatua es obra del artista italiano Romano Cosci, que la trabajó en sus talleres de Pietrasanta, en la provincia de Lucca, al norte de la región de Toscana. “Ha sido un año fantástico, en el que hemos trabajado intensamente para realizar algo muy difícil: la escultura de un santo. Generalmente es difícil que un artista esté totalmente satisfecho. Es mi deseo que guste a los fieles que la vean, y aprecien la figura de un sacerdote que quiso cumplir en todo la voluntad de Dios”, dijo el escultor.
La creación de Cosci representa a San Josemaría revestido de los ornamentos sacerdotales para celebrar la Santa Misa, con los brazos ligeramente abiertos. En la parte inferior están tallados los escudos papales de Juan Pablo II y Benedicto XVI, en cuyos pontificados se comenzó y acabó respectivamente el trabajo. A los pies del santo, dos ángeles: uno de ellos presenta a San Josemaría un libro abierto, con unas palabras de Jesucristo recogidas en los Evangelios que el fundador del Opus Dei meditaba frecuentemente: si exaltatus fuero a terra, omnes traham ad meipsum, “cuando sea levantado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí” (Jn 12, 32).
El 14 de septiembre el Santo Padre Benedicto XVI bendijo la estatua, en torno a la que, en un ambiente festivo, se habían congregado alrededor de mil personas. Antes de la llegada del Santo Padre pronunciaron discursos el Prelado del Opus Dei, Monseñor Javier Echevarría1; el Arcipreste de la basílica vaticana, Cardenal Francesco Marchisano; y el escultor, Romano Cosci. Se encontraban presentes en el acto los cardenales Giovanni Cheli, Julián Herranz y Claudio Hummes, así como Mons. Angelo Comastri y Mons. Vittorio Lanzani.
La estatua fue descubierta cuando llegó Benedicto XVI. El Santo Padre la bendijo y pronunció una breve oración: “Oh Dios, que has elegido en la Iglesia a san Josemaría, sacerdote, para anunciar la vocación universal a la santidad y al apostolado, infunde tu bendición sobre esta imagen y haz que todos aquellos que la contemplen sean alentados a cumplir fielmente el trabajo cotidiano en el espíritu de Cristo y a servir con ardiente amor a la obra de la redención. Por Cristo nuestro Señor”.
Después, Benedicto XVI se detuvo a rezar unos instantes bajo la imagen, saludó a las autoridades presentes y a todos los fieles, y dio la enhorabuena al escultor.
Romana, n. 41, julio-diciembre 2005, p. 312-313.