Romana

Un grupo de quince estudiantes queretanas ha puesto un nuevo eslabón de la cadena de las promociones rurales en la Sierra Gorda que organiza desde hace trece años el Club Amay.

Los objetivos fundamentales de esta promoción son brindar un servicio social a una comunidad necesitada y propiciar a las estudiantes un ámbito para la formación del carácter.

Este año el proyecto se llevó a cabo en la comunidad de Temascales, y participó en él un grupo de chicas canadienses, además del de Querétaro. Cada mañana se desplazaban hacia el lugar de trabajo: una escuela. Allí se explicaba la tarea del día y se impartían lecciones de catecismo y clases de formación para niños y mamás.

La construcción de fogones y deshidratadores constituyó la parte más pesada de la tarea. Muchas chicas usaron por primera vez palas, martillos o carretillas. La división del trabajo y los consejos de los expertos hicieron que, con el tiempo, fueran cada vez más rápidos los plazos de obra y mejores los resultados. Los días de trabajo terminaban con la celebración de la Misa en la capilla del pueblo, recientemente reparada.