Publicación del libro "Itinerarios de vida cristiana"
La editorial Planeta ha publicado Itinerarios de vida cristiana, un libro de Mons. Javier Echevarría que aborda algunas de las cuestiones vitales a las que se enfrenta el cristiano de hoy. ¿Es necesario confesarse con un sacerdote?, ¿para qué sirve hacer oración?, ¿tengo otro hijo o mantengo mi calidad de vida?, ¿es lícita la clonación?, ¿debo obedecer en todo al Papa? El autor de Itinerarios de vida cristiana no ha eludido éstas y otras preguntas que están en la mente de muchos fieles corrientes que buscan respuestas para su vida cristiana.
El libro salió a la venta a finales de febrero en el mercado español con una tirada de 20.000 ejemplares. Pertenece a la colección Planeta Testimonio, que cuenta entre sus títulos Orar, una antología de textos de Juan Pablo II, y El don de la paz, del Cardenal Joseph Bernardin. Dos meses más tarde, Planeta publicó dos nuevas ediciones, que suman diez mil ejemplares, que también se han distribuido en el mercado americano. La editorial ha incluido el libro entre los más vendidos de su género en el 2001.
“Hijos de Dios. Eso somos, y así lo proclama el Evangelio, aunque desgraciadamente no pocas personas lo ignoran”. Así se abre el libro de Monseñor Javier Echevarría, que consta de diecinueve capítulos estructurados en tres bloques: ‘Las fuentes de la existencia cristiana’, ‘El camino del encuentro con Dios’ y ‘Con Cristo, en la historia’.
“Ninguna criatura humana a lo largo de la historia ha transitado a solas —dice el Prelado del Opus Dei—, porque Dios ha permanecido siempre al lado de sus hijos”, incluso en las etapas más dolorosas o difíciles.
Dios Padre, Jesucristo, el Espíritu Santo, la Virgen María y la Iglesia son los temas de la primera parte del libro. El segundo bloque —’El camino del encuentro con Dios’— comienza con un capítulo sobre la conversión, entendida como “la necesidad de desprendernos de lo que estorba, del pecado, para revestirnos del mandamiento nuevo del amor”. Partiendo de esta base, Mons. Echevarría va desgranando consideraciones sobre otros elementos que el cristiano encuentra en su camino de fe: el perdón, la oración, la Eucaristía, la paternidad, el dolor, la muerte...
“Contemplando la Cruz, nos sentimos acompañados. Dios no es, ni será jamás un Dios ajeno a nuestro dolor, sino un Dios que lo ha asumido en Cristo y lo ha hecho suyo”, se lee en el capítulo sobre el sufrimiento. Así, el dolor “no aparece ya como castigo, sino como camino de salvación y divinización”.
La última sección, ‘Con Cristo, en la historia’, trata sobre el sentido del tiempo, la caridad, la santificación del trabajo, la generosidad, la vocación y la alegría.
Romana, n. 32, enero-junio 2001, p. 51-52.