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Piura (Perú) Jubileo de universitarios

Muchos universitarios no pudieron viajar a Roma para ganar el Jubileo y participar en la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró a mediados de agosto. Con el mismo espíritu de conversión, unas semanas después —en septiembre—, se celebró en Piura (Perú) un Jubileo para los universitarios de la ciudad en el que participaron más de diez mil estudiantes, entre ellos bastantes de la Universidad de Piura, promovida por fieles de la Prelatura del Opus Dei.

La preparación fue larga: amplia difusión de folletos explicativos del Año Santo y del Jubileo, exposiciones breves en las aulas de las diversas facultades a cargo de los capellanes, y distribución de impresos que facilitaban la preparación del Sacramento de la Penitencia. El Arzobispo de la Diócesis, Mons. Óscar Cantuarias, presidió la ceremonia inaugural y celebró la Misa de clausura. La primera se realizó en el campus de la Universidad de Piura, frente a la ermita de la Sagrada Familia; la segunda fue en el campus de la Universidad Nacional de Piura y, en ambos casos, asistieron varios millares de estudiantes.

El jueves 21, fue una jornada de adoración eucarística. Desde primera hora de la mañana estuvo expuesto el Santísimo Sacramento en la capilla universitaria y la afluencia de personas fue constante, mientras se administraba el Sacramento de la Penitencia en distintos lugares de la Universidad. Muchos alumnos contribuyeron ese día a confeccionar las alfombras de flores que se prepararon en los lugares por donde pasaría la procesión con el Santísimo, desde la capilla universitaria hasta la ermita de la Sagrada Familia.

Cuando comenzó a salir en procesión la Custodia con el Santísimo Sacramento se apagaron todas las luces del campus y se encendieron miles de velas que portaban los alumnos. Don Vicente Pazos, Capellán Mayor de la Universidad de Piura, llevaba la Custodia, bajo palio y rodeado de universitarios portando hachones. Todo el recorrido estaba flanqueado por alumnos de la Universidad que entonaban himnos eucarísticos. Al acabar la procesión, miles de estudiantes se dirigieron por las calles principales de la ciudad, hasta el atrio de la catedral. Allí el Arzobispo les dirigió unas palabras vibrantes e impartio a toda aquella concentración universitaria la bendición con el Santísimo.

Al día siguiente, viernes 22, continuaron las confesiones, en las dos Universidades, hasta el momento de la Santa Misa a las siete de la tarde. Mons. Cantuarias animó a continuar con ese mismo empuje que había llevado a tantos universitarios a una conversión personal para que no quedase en algo pasajero.

Romana, n. 31, Julio-Diciembre 2000, p. 284-285.

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