Viajes pastorales
El día 27 de junio, el Prelado del Opus Dei llegó a Pamplona (España), procedente de Roma.
En la capital navarra, pasó cuatro días. Entre otras actividades, visitó a varios enfermos ingresados en la Clínica Universitaria y presidió una reunión en el Rectorado de la Universidad con el Consejo de Dirección de la Clínica.
El jueves 1 de julio, Mons. Javier Echevarría viajó al santuario de Torreciudad, donde tres días después conferiría el diaconado a un grupo de 24 fieles de la Prelatura de 12 países distintos. En el viaje desde Pamplona, se detuvo en Zaragoza para rezar en la basílica del Pilar.
El mismo día de su llegada a Torreciudad, se reunió con un grupo de fieles de la Prelatura que trabajan en el santuario, y les animó a «cuidar de la casa de la Virgen», a «apoyar todo en la oración» y a soñar con los frutos apostólicos crecientes que, «si somos fieles» —dijo—, la Virgen logrará en el santuario.
El día 2 acudió a saludar al Obispo de Barbastro-Monzón, Mons. Ambrosio Echebarría. Con él visitó las obras de construcción de una iglesia dedicada al Beato Josemaría que el obispado está levantando en la ciudad de Barbastro.
El sábado 3 de julio por la mañana, el Prelado del Opus Dei se reunió con unos trescientos jóvenes, presentes en diversas actividades de formación promovidas desde Centros de la Prelatura de varios países. Los asistentes le hicieron numerosas preguntas, y Mons. Echevarría les insistió en la importancia del estudio y de las virtudes cristianas, así como en la formación, la oración por el Santo Padre y el apostolado.
Por la tarde recibió a varias familias, y después volvió a reunirse con gente joven, en esta ocasión chicas que participan en las actividades apostólicas de la Prelatura.
El domingo por la mañana celebró la Misa en la que confirió el diaconado a 24 fieles del Opus Dei. Al finalizar la ceremonia, saludó a las numerosas personas que se encontraban en la explanada del santuario. Poco después recibió a la Junta de Gobierno del Patronato de Torreciudad, y a algunas familias. Por la tarde tuvo una reunión con los diáconos y sus familias. A última hora estuvo de nuevo con las personas que trabajan en Torreciudad, que le contaron anécdotas sucedidas en el santuario. Mons. Echevarría mostró su alegría por la cercanía de los 25 años del nuevo santuario y se refirió a la magnanimidad y amor a la Virgen del Beato Josemaría.
Mons. Javier Echevarría volvió a Torreciudad dos meses después. Allí, el 4 de septiembre, celebró la Santa Misa, acto principal de la XI Jornada Mariana de la Familia, a la que asistieron cerca de cuarenta mil personas.
El Papa Juan Pablo II envió un mensaje a los asistentes en el que les pidió que «promuevan incansablemente en el seno del hogar los valores humanos y cristianos», ya que estos valores «lo hacen no solamente un lugar de acogida generosa de la vida, sino también la primera e insustituible escuela de convivencia, participación y solidaridad, en la que se transmite la fe y se cultiva el sentido cristiano de la existencia».
En la homilía de la Misa[1], el Prelado del Opus Dei hizo referencia a la historia del nuevo santuario, promovido por el Beato Josemaría e inaugurado en 1975: «la Eucaristía es acción de gracias. Hoy se alza también desde nuestras almas el agradecimiento a Dios Padre, rico en misericordia, porque en el curso de veinticinco años ha derramado abundantemente su perdón en este santuario, haciendo experimentar a una muchedumbre de mujeres y de hombres la dicha de retornar a Dios». Mons. Javier Echevarría comentó algunos aspectos de la riqueza que aporta la vida cristiana a la familia, por ejemplo la ayuda inestimable de la Madre de Dios: «Si os abandonáis confiadamente en María, Ella os concederá que vuestro hogar sea siempre un refugio amable para cada miembro de la familia, donde palpe siempre un ambiente de entrega generosa a los demás, que va forjando el alma para los grandes ideales humanos y divinos».
Por la tarde, Mons. Echevarría se reunió con las familias. En sus respuestas, el Prelado pidió fe y visión sobrenatural para recibir los hijos con que Dios quiera bendecir a cada familia. Además de referirse a los matrimonios que no puedan tener hijos —«hay veces en las que el Señor bendice a las familias no dándoles hijos (...); los que no reciben hijos también tienen una vocación matrimonial muy santa»—, tuvo palabras de admiración para las familias numerosas, a las que calificó de «tesoro muy grande».
Se habló de la educación de los hijos, y Mons. Echevarría recordó la claridad con que el Beato Josemaría impulsaba a poner los medios para formarles bien: «Se dio cuenta de que la solución era que precisamente los padres invirtiesen su tiempo, su cariño y su dedicación en el mejor negocio de la familia: en los hijos». Y contó cómo el fundador del Opus Dei movió a muchos padres de familia para que pusieran en marcha iniciativas apostólicas en el campo de la educación.
El Prelado viajó al día siguiente a Madrid, donde el 6 por la tarde confirió la ordenación de presbíteros a dos fieles de la Prelatura del Opus Dei[2] en la Basílica Pontificia de San Miguel. Durante la homilía[3] urgió a los asistentes a dar gracias a Dios por su Providencia y a rezar todos los días por los sacerdotes.
[1] Cfr. Seccion Del Prelado.
[2] Cfr. Seccion Del Prelado.
[3] Cfr. Seccion Del Prelado.
Romana, n. 29, julio-diciembre 1999, p. 227-229.