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«Redención de Europa por la cultura cristiana», entrevista publicada en el diario “Avvenire”, de Milán (1-II-1998)

1. ¿Por qué un doctorado honoris causa al Cardenal Ratzinger?

Se trata de una eminente personalidad de la Iglesia: la tarea que desempeña lo convierte de alguna manera en un testigo privilegiado del progreso teológico que enriquece constantemente la vida de la Iglesia y, a través de ella, el mundo entero. Esto sin olvidar, naturalmente, su notable producción teológica, que no me detengo a comentar aquí.

2. Un farmacéutico, un economista y un cardenal-teólogo reciben simultáneamente el doctorado honoris causa de una de las más prestigiosas universidades católicas del mundo. ¿Tiene esta coincidencia algún significado particular?

Ni más ni menos que el acontecimiento en sí mismo. Una vez más se pone de relieve cómo todas las ciencias humanas están al servicio de la verdad; la belleza suprema con que el Creador ha enriquecido el mundo puede ser constantemente tema de una investigación honesta y verdadera por parte de personalidades eminentes, como afirmó el Beato Escrivá en una ocasión similar a ésta.

3. Instituciones como la Universidad de Navarra, ¿en qué modo pueden contribuir al nacimiento de una nueva Europa?

La Universidad de Navarra es un lugar donde se procura realizar un trabajo intelectual con la máxima profundidad posible, en nombre de un espíritu universitario que torna a hacer presentes las raíces comunes de la civilización europea. Ciertamente contribuye a la realización del empeño hacia el que el Santo Padre convoca a los cristianos de nuestro continente: la nueva evangelización de Europa. Todos esperamos que la nueva Europa que está naciendo sea cristiana, al menos en los principales valores que la inspiren.

4. ¿Qué piensa del proyecto cultural de la Iglesia en Italia; y cómo puede contribuir en su realización el Opus Dei?

Pienso que se trata de un programa pastoral ambicioso y muy atrayente que la Iglesia en Italia se ha propuesto; y que no faltarán la gracia de Dios ni el empeño de todos los católicos italianos para llevarlo a buen fin. Desde hace tiempo rezo personalmente y hago rezar en ese sentido. Todos los fieles de la Prelatura del Opus Dei en Italia se esforzarán, como siempre, en seguir las directrices de los obispos y, como les es habitual, en difundir la vida cristiana en los más diversos ambientes de la sociedad civil, donde trabajan como todos los demás ciudadanos, sus iguales.

Romana, n. 26, enero-junio 1998, p. 96-97.

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