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Viajes pastorales

Costa de Marfil

Durante su viaje a Costa de Marfil, del 2 al 6 de abril de 1997, el Obispo Prelado del Opus Dei tuvo oportunidad de estar en todos los Centros de la Prelatura, de interesarse por las diferentes iniciativas apostólicas de los fieles del Opus Dei y de reunirse con miles de personas, impulsándoles a intensificar los deseos de santidad personal y de servicio a la Iglesia y a la sociedad.

Mons. Javier Echevarría llegó al aeropuerto Félix Houphouët-Boigny, de Abidján, el 2 de abril a las cinco de la tarde. Se alojó en la sede de la Delegación, en Abidján. El día 3 saludó al arzobispo, Mons. Bernard Agré, a quien conoce desde hace años, y al Nuncio de su Santidad, Mons. Luigi Ventura, al que manifestó su alegría por encontrarse en tierras africanas, tan presentes en la preocupación pastoral del Santo Padre, que ve en ellas gran parte del futuro de la Iglesia. Nos esperan —había dicho esa misma mañana a un grupo de fieles de la Prelatura, para hacerles ver la importancia de contribuir a extender la doctrina de Cristo por el continente africano— en Mozambique, Angola, Togo, Sudáfrica, Botswana... en muchísimos sitios.

El primer día, en Abidján, tuvo encuentros con los Numerarios de la Prelatura y con jóvenes que se benefician de la labor apostólica del Opus Dei. Estos últimos tuvieron lugar por la tarde en la Escuela Profesional Yarani y en el Centro Cultural Comoë. En Yarani, además de las alumnas de la escuela, escucharon al Prelado un grupo numeroso de estudiantes universitarias. Mons. Echevarría les recordó que tienen obligación de formarse bien para ser fermento de santidad en su propio ambiente. Después del encuentro, el Prelado recorrió algunas instalaciones de la escuela. En el Centro Cultural Comoë, los muchachos, formando una gran hilera, le recibieron con canciones a son de tam-tam, y en cuanto se sentó le ofrecieron agua para calmar la sed del camino, como se hace siempre en Costa de Marfil. Después le dirigieron espontáneamente las preguntas más variadas. El Prelado del Opus Dei les animó a ser generosos con el Señor, y les propuso el ejemplo de su predecesor, Mons. Álvaro del Portillo: Don Álvaro, desde que era joven, estuvo disponible para lo que Dios le pidiera. Tenía una inteligencia muy aguda, una simpatía que atraía a la gente, una gran capacidad de trabajo... Y puso todas estas facultades a disposición de Dios.

El 4 y el 5 de abril, en Yamoussoukro y en Abidján respectivamente, el Obispo Prelado del Opus Dei mantuvo encuentros más numerosos, a los que asistieron personas de todas las edades y condiciones. En el Hôtel de Ville de Yamoussoukro, amablemente cedido para la ocasión por las autoridades de la ciudad, fue recibido por un coro compuesto por bobós —etnia originaria de Burkina Faso—, la Coral del Beato Josemaría, que ha elegido como patrono al Fundador del Opus Dei.

En el Palacio de Congresos del Hotel Ivoire, de Abidján, un grupo de niños y niñas ofrecieron al Prelado del Opus Dei varios regalos típicos de las diversas regiones del país: instrumentos musicales, paños, túnicas... El más pequeño, Josemaría, iba vestido de jefe de tribu. Mons. Javier Echevarría agradeció esos detalles y, al detenerse a considerar las grandes posibilidades de hacer el bien que existen en el país, urgió a los asistentes a tener iniciativas prácticas y a trabajar con esmero en la formación de los hijos.

En esa misma reunión, una persona le contó que, en su ambiente, algunos no entienden el valor de la fidelidad matrimonial, cuando requiere sacrificio. El Prelado explicó que amar significa servir, que es lo que el Señor vino a hacer a la tierra (...). Amar significa estar unido a la otra persona en los momentos fáciles, en los momentos de alegría, y en los momentos difíciles.

Como hiciera Mons. Álvaro del Portillo en su viaje a Costa de Marfil de 1989, el Obispo Prelado del Opus Dei visitó, el día 5, el Santuario de Notre Dame d'Afrique. El día anterior, en Yamoussoukro, había rezado en la Basílica de Notre Dame de la Paix, pidiendo a la Virgen por la Iglesia y la labor de la Prelatura en Costa de Marfil, en África y en todo el mundo.


Sicilia (Italia)

El domingo 6 de abril, el Prelado tomó el avión a las diez y cuarto de la mañana.

Del 6 al 9 de abril, el Obispo Prelado del Opus Dei ha realizado un viaje pastoral a Palermo y Catania, las dos ciudades más importantes de Sicilia.

Han pasado casi cincuenta años desde que el beato Josemaría Escrivá visitó la isla por primera vez. En aquel primer viaje del verano de 1948 a Catania y Messina, el Fundador del Opus Dei esparció la primera semilla de una labor apostólica que hoy, gracias a Dios, ha dado ya frutos abundantes: lo ha demostrado la gran cantidad de personas que ha acudido estos días a los encuentros con el Prelado en Palermo y Catania.

Desde el aeropuerto de Palermo, adonde llegó el domingo 6 de abril por la tarde, Mons. Javier Echevarría se dirigió al Centro di Convegni Calarossa, cuyas actividades de formación espiritual y doctrinal están encomendadas a la Prelatura.

El primer día, el Prelado tuvo varios encuentros en Calarossa con grupos de fieles de la Prelatura y con muchas otras personas. Por la mañana celebró la Santa Misa para las alumnas de la Scuola Alberghiera Mediterranea, una escuela de hostelería aneja que se ha convertido en un importante punto de referencia formativo y profesional para las jóvenes de las poblaciones vecinas. Mons. Javier Echevarría pidió a todos un serio empeño en la vida sacramental y en la oración, fuente de la eficacia de todo apostolado, en la unidad y en la caridad fraterna. Fueron particularmente emotivos algunos comentarios sobre personas del Opus Dei gravemente enfermas que están ofreciendo sus dolores por la Iglesia, por el Papa y por la Prelatura, para las que rogó con fe al Señor la gracia de la curación.

El encuentro con casi quinientos estudiantes, universitarios en su mayoría, tuvo lugar al aire libre en el espléndido marco del jardín de Calarossa, con su frondosa vegetación siciliana. Las preguntas tocaron diversos temas de la vida cristiana: la oración, las virtudes, la vocación cristiana, la llamada divina al Opus Dei, la necesidad de dar testimonio en el propio ambiente... Mons. Echevarría habló de la urgencia de responder generosamente a los requerimientos divinos, de mantener activa la lucha ascética personal, de perseverar en una vida de oración intensa y confiada. Un estudiante de Derecho, después de explicar que los medios de formación del Opus Dei le habían ayudado a reanudar la práctica de la confesión frecuente, preguntó al Prelado si este redescubrimiento del Sacramento de la Reconciliación formaba parte de la aportación que la Prelatura podía hacer a la Iglesia con ocasión del Jubileo del 2000. Mons. Echevarría asintió, y a continuación se extendió sobre el deber de todos los cristianos de secundar las orientaciones con que el Santo Padre está preparando la llegada del tercer milenio.

En Calarossa, además, Mons. Echevarría recibió a algunas familias palermitanas y mantuvo un encuentro con un grupo de sacerdotes sicilianos, socios de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, a los que recordó la necesidad de trabajar sin descanso al servicio de la diócesis y en unión con el Obispo, y la importancia de buscar la santidad en el ejercicio de la labor sacerdotal.

El martes día 8, el Obispo Prelado del Opus Dei estuvo en Palermo. Celebró la Santa Misa en un Centro de mujeres de la Prelatura, y luego mantuvo diversos encuentros a lo largo de toda la jornada: por la mañana, en una sala del Hotel Astoria, se dirigió a unas seiscientas personas, hablando del deber de hacer apostolado cristiano en todos los ambientes; por la tarde recibió a 350 estudiantes en el Aula Magna de la Residenza Universitaria Mediterranea, y a continuación se reunió con unas 4.500 personas en un pabellón de la Fiera del Mediterraneo, en el corazón de la ciudad.

Al final de la reunión, el Prelado transmitió a los asistentes la bendición del Santo Padre, a quien había visitado antes de salir de Roma.

Al día siguiente, después de celebrar la Santa Misa en el oratorio del Centro di Convegni Calarossa, el Prelado fue recibido por el Arzobispo de Palermo, Mons. Salvatore De Giorgi. El encuentro concluyó con una entrevista a ambos por parte de un equipo de la Televisión Italiana. Respondiendo a una pregunta del entrevistador, el Arzobispo de Palermo quiso subrayar la completa colaboración y sintonía entre la Prelatura del Opus Dei y la Iglesia local palermitana.

A continuación, el Obispo Prelado del Opus Dei se trasladó a Catania, donde de nuevo se reunió, en distintos momentos, con grupos de muchachos y de muchachas y con familias. El Teatro Golden fue escenario de un encuentro con 1.500 personas provenientes no sólo de Catania sino también de otras ciudades cercanas.

A última hora de la tarde, el Obispo Prelado del Opus Dei emprendió el viaje de vuelta a Roma.

Romana, n. 24, enero-junio 1997, p. 106-109.

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