envelope-oenvelopebookscartsearchmenu

Encuentros

Viajes pastorales

Polonia: 21 a 27 de junio de 2022

A media tarde del martes 21 de junio, el prelado aterrizó en el aeropuerto de Breslavia, donde algunas familias le dieron la bienvenida. A continuación, se dirigió a la sede de un centro del Opus Dei de la ciudad y participó en la bendición eucarística que allí se celebraba con motivo de la octava del Corpus Christi. Más tarde se reunió con el rector de la Pontificia Facultad Teológica, Mons. Włodzimierz Wołyniec, que al día siguiente iba a conferirle el doctorado honoris causa. Ese día se alojó en el seminario diocesano.

A las 9.00 del miércoles 22 de junio, Mons. Fernando Ocáriz concelebró la Santa Misa en la catedral con un buen número de obispos y sacerdotes. Mons. Józef Kupny, obispo de Breslavia, presidió la ceremonia. Participaron las autoridades académicas de la Universidad de Breslavia y numerosos fieles. En la homilía, Mons. Damian Bryl, obispo de Kalisz, localidad cercana, hizo referencia a la lectura que hace en sus obras Mons. Ocáriz de los retos que presenta el mundo actual, en los que trata de identificar las preguntas fundamentales que entusiasman a las personas y su posible apertura a la luz del Evangelio.

Más tarde, esa misma mañana, tuvo lugar, en el aula magna de la Pontificia Facultad Teológica, el acto académico de investidura del prelado como doctor honoris causa. Tras la bienvenida oficial a la comunidad académica de Breslavia y la laudatio del rector —las tradicionales palabras de elogio del candidato—, las autoridades de la facultad entregaron el título honorífico al prelado del Opus Dei. Mons. Ocáriz impartió a continuación su clase magistral, en la que subrayó la necesidad de contar, en la investigación teológica, con una adecuada filosofía, sin que esto implique renunciar a cuanto de experiencial hay en la fe y en la vida cristiana. Habló también de la misión de la teología en el contexto del empeño apologético frente a la cultura post-cristiana.

Acabada la ceremonia de investidura, el prelado viajó a Poznan, donde acudió a rezar al santuario de San Jacinto en Legnica. Allí tuvo lugar hace nueve años un milagro eucarístico que ha sido reconocido como tal por la Santa Sede. Tras un rato de oración personal ante el Santísimo, saludó a un grupo de fieles. El párroco, Ks. Andrzej Ziombra, le refirió los frutos espirituales que está aportando el milagro eucarístico a su parroquia y manifestó su satisfacción por el hecho de que en esta tengan lugar encuentros formativos que se nutren del espíritu de san Josemaría.

Prosiguió luego su viaje hasta Sołek, un centro del Opus Dei cercano a Poznan, donde se alojó ese día y el siguiente.

Mons. Fernando Ocáriz transcurrió la jornada del jueves 23 de junio en Poznan, ciudad en la que el Opus Dei ofrece formación cristiana desde hace 25 años. El día comenzó con la Misa en Antrejka, un centro de la Prelatura. Asistieron algunos matrimonios que participan en los encuentros formativos desde los inicios. Algo más tarde, el prelado tuvo un rato de conversación con un grupo de sacerdotes que reciben asistencia espiritual de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y visitó Fara, una de las principales iglesias de la ciudad, dónde se conservan reliquias de san Josemaría.

Al mediodía acudió a visitar al arzobispo de Poznan y presidente de la Conferencia Episcopal polaca, mons. Stanisław Gądecki. Por la tarde mantuvo otros encuentros con fieles del Opus Dei y sus familias. No faltó quien le felicitara por el día del padre, que en Polonia se celebra precisamente el 23 de junio, ni quien, por vivirlas en su propia carne, le pidiera una palabra de ánimo para superar cristianamente las dificultades creadas por la guerra en Ucrania. El día acabó con una tertulia a la que asistieron personas llegadas de otras ciudades de Polonia y en la que se cantaron varias canciones que gustaban particularmente a San Josemaría.

En la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el viernes 24 de junio, monseñor Fernando Ocáriz celebró la Misa en el oratorio de Sołek para algunos fieles del Opus Dei. Acudió después a despedirse de quienes frecuentan Antrejka, que le contaron breves anécdotas relacionadas con su trabajo o su familia y le mostraron un álbum de fotos del club juvenil que ha surgido en torno al centro y de sus actividades formativas y solidarias, como las jornadas de voluntariado que ha organizado este año en un comedor social de Breslavia para personas sin hogar.

De Poznan, monseñor Fernando Ocáriz se dirigió a Varsovia. En Filtrowa, un centro del Opus Dei donde se ofrece formación humana y cristiana a universitarios y estudiantes de bachillerato, departió con los fieles de la Prelatura que lo atienden y, refiriéndose a la fiesta litúrgica del día, la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, sugirió orar juntos para pedir por la paz con la jaculatoria Cor Iesu Sacratissimum et Misericors, dona nobis pacem (Corazón Sacratísimo y Misericordioso de Jesús, danos la paz), que san Josemaría utilizaba con frecuencia. Jesucristo, dijo, es la fuente de donde surge la paz, y recordó, al respecto, unas palabras de san Pablo: Ipse est pax nostra (Ef 2, 14), Él es nuestra paz.

Esa tarde, acompañado por el vicario regional, Stefan Moszoro-Dąbrowski, dirigió una reunión de trabajo en la sede de la Asesoría regional, órgano de gobierno de las mujeres de la Obra en Polonia.

A las 10.00 del sábado 25 de junio se celebró una Misa en ocasión de la memoria litúrgica de san Josemaría; tuvo lugar en el templo de la Divina Providencia y fue presidida por el prelado del Opus Dei. Tomando pie de las lecturas y citando a san Juan Pablo II y al beato Stefan Wyszyński, Mons. Ocáriz animó en su homilía al pueblo que participaba en la ceremonia a asumir cada uno personalmente con confianza la misión de hacer de la propia vida una obra maestra: «Esa obra de arte en nuestra vida es la santidad a la que Dios nos llama a todos, como predicó incansablemente san Josemaría», dijo. Al terminar la Misa, en la que pidió expresamente por la persona e intenciones del Santo Padre y por la paz en Ucrania, se detuvo un buen rato con un grupo de familias.

Por la tarde, en el aula del colegio Strumienie, de la Asociación Sternik, tuvo varios coloquios con diferentes grupos de personas, en algunos casos provenientes de ciudades lejanas como Gdańsk, Cracovia, Katowice o Białystok. Las intervenciones de los participantes reflejaban sus muy variadas formas de relación con la Prelatura: había entre ellos supernumerarios, cooperadores, numerarias auxiliares, antiguos alumnos del colegio Żagle, etc. Al final de la jornada, Mons. Ocáriz acudió a un centro del Opus Dei desde el que se procura ayudar a las familias en la formación de sus hijos.

Por la mañana del domingo 26 de junio, el prelado predicó una meditación y celebró la Misa en la sede de la Asesoría Regional de Polonia. Después acudió a saludar al cardenal Kazimierz Nycz, arzobispo de Varsovia, que agradeció, por una parte, la labor formativa que ofrece la Prelatura, que ha movido a algunas personas a impulsar colegios inspirados en los valores cristianos, y por otra el acompañamiento espiritual que brinda a tantos trabajadores.

Durante el resto del día, el prelado se entretuvo con los jóvenes que participan en las actividades formativas del Klub Filary, a última hora de la mañana, y de Filtrowa, ya por la tarde. Les animó a mirar sus vidas con los ojos de la fe, que es la verdadera fuente de la alegría, y a contemplar con esperanza la tarea que Dios confía a los cristianos: irradiar la alegría del evangelio en todos los ambientes a través de la amistad. Por la mañana, además, se acercó a Wawer, otro centro del Opus Dei, para saludar a uno de los numerarios —de profesión dentista— que comenzaron la labor estable de la Prelatura en Polonia, enfermo de párkinson.

El lunes 27 de junio, trigésimo aniversario de su consagración episcopal del Papa, el prelado celebró la Santa Misa en la sede de la comisión regional de Polonia. Durante la ceremonia se rezó especialmente por el Pontífice. Después de saludar brevemente a algunos de los asistentes a la Misa, monseñor Fernando Ocáriz se dirigió al aeropuerto de Modlin. De allí salió hacia España, donde pasaría las semanas siguientes.

Romana, n. 74, Enero-Junio 2022, p. 53-55.

Enviar a un amigo