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Devoción en el mundo

Exposición Sulle orme di San Josemaria, con motivo de los primeros 90 años de las mujeres del Opus Dei, Nápoles, Italia (15-II-2020)

Con motivo del 90 aniversario del 14 de febrero de 1930 se inauguró en Nápoles una exposición de fotografías titulada “Tras las huellas de san Josemaría” [Sulle orme di San Josemaria].

En 1968, el fundador del Opus Dei, hablando del papel de la mujer en la sociedad civil, destacó su «delicada ternura, su incansable generosidad, su amor a lo concreto, su creatividad, su capacidad de intuición, su profunda y sencilla piedad» y «su tenacidad». “Tras las huellas de san Josemaría” pretende rendir homenaje a estas palabras y a toda la labor apostólica de las mujeres del Opus Dei. La exposición fue inaugurada por la Asociación “Punto Club” de Nápoles el 15 de febrero. Cada par de fotografías expuestas correspondía a un tema: la filiación divina, la santidad en la vida cotidiana, la oración, el amor y la libertad, el estudio, el trabajo y la alegría.

La serie de fotografías se abría y se cerraba con un abrazo: la primera de Josemaría y la última de una estudiante de bachillerato en un campo de voluntariado de verano organizado por un centro de mujeres del Opus Dei, para subrayar el cariño de un padre que se dirige a sus hijos con gestos y palabras directas, confiadas y exigentes, que llenan la vida de amor.

Para la ocasión, Pierluigi Bartolomei, creador de la “Doposcuola ELIS” de Roma, representó su espectáculo “Il coltello e la forchetta - La manutenzione di una relazione”. En su interpretación, Pierluigi exploró diversos aspectos de las relaciones matrimoniales con un estilo divertido y a la vez antropológicamente rico. El título está inspirado en las palabras del escritor británico G. K. Chesterton: «El hombre y la mujer son como un cuchillo y un tenedor. Son diferentes porque tienen un objetivo común».

San Josemaría en Banneux, Bélgica (5-IX-2020)

El sábado 5 de septiembre, Mons. Jean-Pierre Delville, obispo de Lieja, bendijo en Banneux un monumento en honor a san Josemaría en el parque del santuario de la Virgen de los Pobres. En el santuario de la Virgen de los Pobres tuvieron lugar ocho apariciones de la Virgen en 1933, aprobadas por la Santa Sede en 1949.

En la ceremonia de bendición estuvieron presentes más de 200 personas. Entre ellas, el Rev. Etienne Montero, vicario regional de la Prelatura para Bélgica y Luxemburgo, y el canónigo Rev. Eric de Beukelaer, vicario general de la diócesis de Lieja, así como el rector del santuario, Rev. Léo Palm.

El proyecto nació por iniciativa de un grupo de personas de la región de Lieja. Roger Braem, presidente del Comité de Promoción, abrió la ceremonia con unas palabras de bienvenida, en las que dijo que estaba «particularmente agradecido por la influencia que san Josemaría ha tenido en la vida de muchos de nosotros a través de su predicación y el ejemplo de su vida santa».

A continuación, el Rev. Etienne Montero quiso mostrar su agradecimiento al Comité de Promoción. También evocó la figura de san Josemaría y sus viajes por todo el mundo, durante los cuales siempre quiso honrar a la Virgen María en los numerosos santuarios que le son dedicados. El vicario regional recordó que san Josemaría no quería ser imitado en nada, con una excepción: «Si en algo quiero que me imitéis es en el amor que tengo a la Santísima Virgen», decía. También mencionó las diversas temporadas que el fundador del Opus Dei pasó en Bélgica, en la década de los años 50 del siglo pasado.

Después de las lecturas, Mons. Delville pronunció una homilía sobre el Evangelio de la pesca milagrosa. Comenzó recordando las palabras de san Josemaría: «Hemos venido a decir con la humildad de quien se sabe pecador y poca cosa –homo peccator sum (Lc 5, 8), exclamamos con Pedro–, pero con la fe de quien se deja guiar por la mano de Dios, que la santidad no es cosa para privilegiados: que a todos llama el Señor, que de todos espera Amor: de todos, estén donde estén; de todos, cualquiera que sea su estado, su profesión o su oficio» (Carta 24-III-1930, n. 2).

El obispo de Lieja subrayó que la profesión de Pedro se convirtió en misión apostólica: «También es nuestro apostolado hoy: reunir en el camino de la santidad a los hombres de todos los orígenes y de todas las condiciones». Recordando el compromiso de san Josemaría con los pobres y los enfermos al comienzo de su vocación en Madrid, y el hecho de que había seguido inmediatamente la escuela de María, Mons. Delville subrayó que «se merece estar aquí en Banneux, en este santuario de la Virgen de los Pobres, donde se reúnen los testimonios de santidad de todas las naciones. Como respuesta a las palabras de la Virgen: ¡Esta fuente está reservada a todas las naciones!».

Mons. Delville procedió seguidamente a la bendición. El monumento consta de una columna heptagonal de 2,30 m de alto y 1 m de diámetro, con un bajorrelieve de san Josemaría e inscripciones en latín, francés, holandés, alemán e inglés. Estas incluyen una breve presentación del santo, una frase de una de sus homilías: «En la línea del horizonte, hijos míos, parecen unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria» y una jaculatoria que decía a menudo: «Omnes cum Petro, ad Iesum, per Mariam» (Todos con Pedro, a Jesús, por María).

Posteriormente, las personas asistentes pudieron participar en la Eucaristía concelebrada por el obispo y los demás sacerdotes presentes.

Reflexión en YouTube del arzobispo de Monterrey, México (25-VI-2020)

Mons. Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey y presidente del Consejo del Episcopado mexicano hizo una reflexión sobre la figura de san Josemaría, transmitida en vivo a través de YouTube. Abordó aspectos de la vida del santo desde cuatro pasajes del Evangelio que manifiestan su familiaridad con la Sagrada Escritura. Los textos comentados fueron: «Señor, que vea» (Mc 10, 51), del ciego de Jericó; «Abba», Padre (Rm 8,15); «Cuando yo sea elevado de la tierra atraeré todo hacia mí» (Jn 12, 32) y el «No temas» que la escritura repite en diversos pasajes p. ej. (Lc 1, 30).

Después, Mons. Cabrera se refirió a cómo se percibe la vida espiritual de san Josemaría centrada en cada una de las Personas de la Santísima Trinidad y en la Santísima Virgen. Señaló también los dos puntos del arco que sostienen la vocación: santidad y apostolado. Respecto al apostolado, subrayó el fuerte enlace de las enseñanzas de san Josemaría con la Exhortación apostólica Gaudete et exultate del Papa Francisco, que invita a la santidad en la vida cotidiana.

Finalmente resaltó como san Josemaría valoraba el bautismo, que nos hace hijos de Dios y supone una llamada al apostolado. Destacó, sobre el apostolado, la importancia de la oración, de la paciencia, y del buen humor y la alegría, haciendo ver como el fundador del Opus Dei transmite paz y alegría en las filmaciones que se conservan.

Concluyó animando a los files a cuidar el trato con Jesús en la Eucaristía: «Cuando un cristiano deja la Eucaristía, pronto deja a Jesús, la Eucaristía es nuestra conexión con Dios, (…) san Josemaría tuvo siempre una cercanía a la Eucaristía».

Romana, n. 70, enero-diciembre 2020, p. 101-103.

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