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El vicario general del Opus Dei, padre sinodal en el Sínodo de los jóvenes

El Santo Padre Francisco nombró al vicario general del Opus Dei, Mons. Mariano Fazio, padre sinodal de la Asamblea de Obispos sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. En una entrevista con Vatican News, Mons. Fazio señaló algunas palabras clave, según él, para este Sínodo: «escuchar y acompañar».

«Los jóvenes necesitan ser escuchados, seguidos, comprendidos y guiados», explicó. No se trata «sólo de oír; “oír” es el ruido de las palabras. Se trata de escuchar con empatía, tratando —como decía el cardenal Newman— de establecer una relación de corazón a corazón», es decir, «de escuchar para proponer», añadió.

Monseñor Fazio recordó que el Sínodo ha subrayado que «Jesús supo escuchar a todos sus coetáneos y en particular a los jóvenes».

Además, el vicario general del Opus Dei destacó que en la Asamblea «se habló mucho de la imagen de Emaús: el Señor que se hace el encontradizo con personas que estaban desorientadas, y cómo el corazón de estos jóvenes se llena de entusiasmo por el mero contacto con Jesús. Les escucha pero también les propone: les propone ir a las Escrituras, les propone el contenido de su amor y misericordia. Creo que los jóvenes de hoy necesitan precisamente eso: estar muy cerca de Jesús y escuchar con el alma abierta la propuesta que él les hace, que es una propuesta de amor».

Para recuperar la confianza de los alejados de la fe, el vicario general recordó que si una de las palabras clave es «escuchar», otra es «acompañar»: «Tenemos que acompañar a los jóvenes. El acompañante es una persona identificada con Cristo que procura poner a los jóvenes en relación con él […]: ser instrumentos para que los jóvenes se encuentren otra vez con Cristo. Si ven en los acompañantes a Cristo mismo, creo que se recuperará la confianza perdida en la institución eclesiástica».

En la misma entrevista, dijo que el Sínodo le había permitido percibir la diversidad de situaciones que enfrentan los jóvenes. «Es emocionante escuchar a los obispos de Medio Oriente en donde sufren persecución, a los de África, en donde hay una violencia inaudita, a los del mundo más desarrollado, que están en una sociedad de bienestar pero parece que estuvieran como ahogados en las necesidades espirituales».

Monseñor Fazio concluyó con sus esperanzas sobre el Sínodo: «Espero que sepamos escuchar más, que sepamos acompañar mejor y que renovemos ese afán apostólico de llegar no sólo a los jóvenes que ya tienen el don de la fe, que han recibido el Bautismo, sino llegar, como dijo el Señor, hasta los últimos confines del mundo, con renovado entusiasmo, muy unidos a Jesús».

Romana, n. 67, julio-diciembre 2018, p. 302-303.

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