envelope-oenvelopebookscartsearchmenu

Viajes pastorales

Del 4 al 8 de febrero, el Prelado del Opus Dei ha estado en la República Checa y en Hungría. El viernes 4 llegó a Praga desde Roma, y enseguida visitó al Nuncio. Al día siguiente, en el Centro de Congresos de Praga, tuvo un encuentro con unas seiscientas personas a las que animó a estar muy unidas al Santo Padre Juan Pablo II, que en aquel momento estaba hospitalizado. Ese mismo día partió en avión hacia Hungría.

En Budapest se alojó en la Residencia Orbánhegy, como había hecho en su anterior viaje, hace casi diez años. El día 6 almorzó con el Arzobispo, Cardenal Péter Erdõ, y saludó al Nuncio. A media tarde, en uno de los salones del Hotel Flamenco, tuvo un encuentro de catequesis con fieles de la Obra, Cooperadores y amigos, al que acudieron unas quinientas personas. Les recordó que San Josemaría había rezado mucho por Hungría y les habló de la responsabilidad de todos de ser apóstoles y de recristianizar la sociedad: “Hijos míos, ¡hablad sin miedo! ¡Conseguiréis muchas conversiones! ¡Conseguiréis que mucha gente dé la vuelta a su vida! Que no haya gente que pueda decir: he tenido al lado de mí una persona que conocía la bondad, la misericordia de Dios y no me ha dicho nada. ¡Hablad! ¡Hablad! (...) Cada uno desde su sitio, como ciudadanos corrientes”. También insistió en la devoción a la Eucaristía.

Al día siguiente, lunes 7 de febrero, el Prelado del Opus Dei asistió a un congreso de Derecho Canónico al que había sido invitado por el Cardenal Péter Erdõ y en el que presentó una comunicación sobre El ejercicio de la potestad de gobierno en las Prelaturas personales. El congreso tuvo lugar en la Universidad Católica de Budapest. Por la tarde, después del almuerzo oficial con los congresistas, Mons. Echevarría acudió a rezar al santuario mariano de Máriaremete, uno de los lugares de peregrinación más importantes de la ciudad.

El día 8 a mediodía salió en avión hacia Praga. Desde allí, tras una breve escala, regresó a Roma.


El Prelado del Opus Dei llegó a Helsinki el 25 de febrero para participar en los actos conmemorativos de dos importantes acontecimientos para la Iglesia católica de Finlandia: el 850º aniversario de la llegada de San Enrique, evangelizador del país, y el 50º aniversario de la creación de la Diócesis de Helsinki. El sábado 26 y el domingo 27 de febrero acudió a varios actos y —con otras autoridades eclesiásticas— concelebró en dos Misas solemnes.

Durante esos días, además, estuvo con los fieles de la Prelatura de Estonia y Finlandia y con los socios de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz que ejercen su ministerio sacerdotal en Pushkin. También tuvo ocasión de saludar a muchas otras personas que participan en los apostolados promovidos por la Prelatura.

El día 28 viajó a Riga. Allí celebró la Santa Misa y pasó unas horas con los fieles del Opus Dei de Letonia y con algunos amigos. Les recordó la responsabilidad de todos los cristianos de dar testimonio de Cristo por medio de un apostolado audaz e incisivo.

El martes 1 de marzo por la mañana visitó en Helsinki al Obispo de la Diócesis, Mons. Josef Wrobel. Por la tarde emprendió el viaje de regreso.


Del 2 al 5 de marzo, el Prelado estuvo en Valladolid y Burgos. Su viaje tenía por objeto alentar la labor de los fieles de la Prelatura en Castilla y León y participar en un congreso de teología al que había sido invitado por el Arzobispo de Burgos, Monseñor Francisco Gil Hellín.

En Valladolid, Monseñor Javier Echevarría visitó al Arzobispo, Monseñor Braulio Rodríguez Plaza, y fue a rezar a la Patrona de la ciudad, Nuestra Señora de S. Lorenzo. A instancias del párroco, escribió unas palabras en el libro de firmas de la Parroquia: “Con inmensa alegría he venido a adorar al Señor en el Santísimo Sacramento, de la mano de la Virgen, Nuestra Señora de San Lorenzo. A ella le pido que me haga contemplativo, y que sepa comunicar este bien a todos. Pido también que, en esta parroquia, se trate más y más a Dios y que salgan muchas vocaciones sacerdotales. Laus Deo Virginique Matri”.

El día 3 visitó el centro educativo femenino Alcazarén, promovido por fieles y Cooperadores del Opus Dei, y tuvo un animado coloquio con los directivos, las profesoras, las alumnas, los padres, el personal no docente y algunas antiguas alumnas.

El día 4 estuvo en Burgos. El 29º Simposio Internacional de Teología del Sacerdocio, en el que iba a participar, se centraba en siete figuras sacerdotales españolas del siglo XX: una de ellas, San Josemaría Escrivá. El congreso había sido organizado por la Facultad de Teología del Norte de España. En su intervención, a la que asistió el Arzobispo de Burgos, Mons. Echevarría glosó la personalidad y la difusión del mensaje del Fundador del Opus Dei con discursos y homilías de Juan Pablo II y otros documentos de la Santa Sede. La conferencia tenía por título El santo de la vida ordinaria. La figura de San Josemaría Escrivá de Balaguer en los textos magisteriales.

Terminada su exposición, el Prelado del Opus Dei respondió a algunas preguntas de los asistentes. En el curso del coloquio recordó que San Josemaría residió durante catorce meses en Burgos, donde terminó de escribir Camino y donde recogió abundante material para su tesis doctoral sobre La abadesa de las Huelgas.

Monseñor Echevarría se entrevistó más tarde, en el Ayuntamiento, con el alcalde de la ciudad. Éste le comunicó la decisión del Consistorio de dedicar una plaza a San Josemaría.

El día 5 el Prelado regresó a Valladolid, donde tuvo un encuentro en el Polideportivo Pisuerga con más de siete mil personas. Todos buscaban en el fondo lo mismo, un consejo adecuado a sus circunstancias personales para intentar ser mejores. Pero cada caso era distinto. “Desde tu puesto de conductor —dijo el Prelado, por ejemplo, respondiendo a un conductor de autobuses— tienes que transmitir alegría y paz. Ofrece a Dios tu trabajo, también cuando estés cansado, y reza por quienes suban al autobús”. Como hizo con insistencia en numerosas ocasiones a lo largo de esos días, el Prelado rogó también a los presentes en el Polideportivo Pisuerga que rezasen por la salud de Juan Pablo II: “Ha dado la vida por el mundo y por la Iglesia. Está desprendido de su vida, pero necesita vuestra oración. Nos quiere a todos con locura”, dijo.


Invitado por el Arzobispo, Cardenal Bernard Panafieu, el Prelado del Opus Dei ha participado en Marsella, el 18 de junio, en la colocación de una estatua de San Josemaría en la Basílica del Sagrado Corazón.

Unos días antes, el 15 de junio, había llegado a París. Allí visitó al nuevo Arzobispo, Monseñor André Vingt-Trois, y al Nuncio Apostólico, Monseñor Baldelli. Además, en esos días acudió a rezar ante la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa, en Rue du Bac. También estuvo en la escuela hotelera Dosnon, aneja al centro de conferencias de Couvrelles.

El día 18, al llegar a Marsella, se dirigió en primer lugar a la basílica de Notre-Dame de la Garde, Patrona de la ciudad. Después, a las cuatro de la tarde, tuvo un encuentro de catequesis con unas ochocientas personas en una sala del barco Napoleón Bonaparte, amarrado en el muelle de la Joliette. Durante una hora respondió a preguntas sobre la búsqueda de la plenitud cristiana en la vida profesional y familiar, el amor conyugal, la devoción eucarística, la formación de los jóvenes y el apostolado cristiano en ambientes difíciles. A lo largo del encuentro, pidió más de una vez oraciones por el nuevo Papa, Benedicto XVI.

Esa misma tarde, a las siete, en la Basílica del Sagrado Corazón, tuvo lugar una concelebración eucarística presidida por el Arzobispo. En el curso de la ceremonia, Mons. Javier Echevarría bendijo la nueva estatua de San Josemaría, que ha quedado instalada en una capilla lateral dedicada a la Virgen.

El domingo 19, el Prelado del Opus Dei estuvo también en Aix-en-Provence. Al final de la tarde visitó al Cardenal Panafieu en el arzobispado.

El día 20 por la mañana, después de dirigir la meditación y celebrar la Santa Misa en el centro Castelvieil, de Marsella, regresó a Roma.

Romana, n. 40, Enero-Junio 2005, p. 54-56.

Enviar a un amigo