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Rio de Janeiro, Brasil. En una aldea de pescadores

Hace cerca de siete años, la Asociación de Desarrollo Educativo Cultural (ADEC), promovida por fieles de la Prelatura y Cooperadores, comenzó una serie de actividades de promoción social en Jurujuba, pequeña población en la periferia de Niterói, en el estado de Rio de Janeiro. El programa comprende diversas actividades de educación, artesanía, salud y recreación dirigidas a niños y adolescentes. Nació como una forma de poner en práctica el espíritu de San Josemaría, quien, con su ejemplo y sus enseñanzas, animó a muchas personas a poner sus conocimientos profesionales al servicio de los demás.

Jurujuba es una localidad pesquera. Conscientes de las dificultades que experimentan las mujeres de los pescadores, un grupo de voluntarias ha promovido algunas actividades que puedan reportar beneficios a ellas y a sus familias. Así, se formó una Asociación de Mujeres de Pescadores que aspira a capacitar a la mujer para elevar el tono humano de sus casas y de sus familias.

Se han organizado también un curso de artesanía con material reciclado y, con la ayuda de una nutricionista, unas clases de cocina. La asistencia jurídica gratuita es otra de las ayudas con las que cuenta la población del lugar, gracias a varias abogadas voluntarias.

En la Asociación de Moradores existía una pequeña biblioteca fuera de servicio. El grupo de voluntarias limpió y clasificó los libros con el objeto de estimular la lectura entre los niños. Durante el año 2004 también se inició el proyecto Salud en Casa, dirigido por enfermeras que visitan a las familias, les aconsejan y les ayudan en sus necesidades sanitarias.

Romana, n. 39, julio-diciembre 2004, p. 258-259.

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