Simposio en Boston
A pesar de que las previsiones meteorológicas anunciaban intensas nevadas, unas 400 personas acudieron el 16 de noviembre al simposio sobre las enseñanzas de San Josemaría que tuvo lugar en Bentley College, cerca de Boston. Las dos intervenciones principales corrieron a cargo de la Dra. Laura García (Boston College) y del Dr. Michael Pakaluk (Clark University). Entre una y otra sesión se desarrollaron, además, cuatro mesas redondas simultáneas sobre trabajo, educación, familia y cultura.
El acto comenzó con la lectura de unas palabras enviadas por el Prelado del Opus Dei. «Vuestro simposio, celebrado apenas unas semanas después de la canonización de San Josemaría — decía en su saludo el Prelado —, reafirmará la universalidad de su mensaje: encontrar a Dios en la vida ordinaria». Además, el Prelado recordaba la invitación de Juan Pablo II a «aprender la lección del nuevo santo: Jesucristo debe ser la inspiración y la meta de todos los aspectos de vuestra vida diaria». Se trata de una invitación que el Papa formuló al término de la ceremonia de canonización en la Plaza de San Pedro.
La Dra. García habló sobre la cultura de la vida en la familia. «Dedicamos gran parte de nuestras vidas a las relaciones familiares y de amistad, y es éste el material con que contamos para crecer en santidad y en semejanza con Cristo», dijo. Hizo hincapié en que el fundamento de la vida familiar es la relación entre marido y mujer: «para las personas casadas, la entrega a Dios se realiza en y a través de la entrega al cónyuge».
A continuación tuvieron lugar las cuatro mesas redondas sobre temas específicos de aplicación de las enseñanzas de San Josemaría. Frank McNamara, abogado; Karen Bohlin, directora ejecutiva del Center for the Advancement of Ethics and Character, de la Universidad de Boston; Paul Swope, directivo de The Caring Foundation; y Rosemary Cook, madre de nueve hijos y profesora, dirigieron los diferentes paneles.
Más tarde habló Fr. Richard Rieman, que recordó sus cuatro años de convivencia en Roma con San Josemaría en la década de los cincuenta, de quien recordará siempre su buen humor y su alegría: «Siempre estaba sonriendo, solía cantar cuando iba en coche... Su ánimo festivo era un recordatorio constante de la importancia de la alegría para la vocación cristiana».
Por último, el Profesor Pakaluk habló sobre personalismo y amistad. Hizo notar que San Josemaría y Juan Pablo II comparten la convicción de que el cristiano debe cultivar una relación muy personal con Jesucristo, y citó, en ese contexto, una frase de San Josemaría: «Trata a la Humanidad Santísima de Jesús... Y Él pondrá en tu alma un hambre insaciable, un deseo “disparatado” de contemplar su Faz».
También puso de relieve la importancia de la relación entre Cristo y el cristiano, modelada de acuerdo con la relación entre las tres personas de la Santísima Trinidad: «Hay tres puntos importantes en esta reciprocidad de nuestra relación con Cristo. Primero, que implica un conocimiento compartido. Segundo, que implica una unión real con Él. Y tercero, que nosotros cooperamos realmente con Él, somos corredentores». En su opinión, es en la intimidad con Cristo donde se encuentra la raíz de la vida espiritual de San Josemaría.
Romana, n. 35, julio-diciembre 2002, p. 340-341.