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Viajes pastorales

El Obispo Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, llegó a Pamplona (España) el 30 de enero. Al día siguiente, en la Universidad de Navarra, presidió, como Gran Canciller, un solemne acto académico en el que confirió el doctorado honoris causa al cardenal Joseph Ratzinger, al farmacólogo holandés Douwe Breimer y al economista norteamericano Julian Simon *. La alegría propia de semejante acontecimiento se vio ensombrecida, ocho días después, por el repentino fallecimiento, en Estados Unidos, del profesor Simon.

El domingo 1 de febrero, Mons. Echevarría confirió la ordenación diaconal a catorce estudiantes de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Los nuevos diáconos han llegado a Navarra, enviados por sus obispos, desde nueve países distintos. Residen en el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa, que cumple ahora su décimo aniversario.

En la homilía, Mons. Javier Echevarría recordó a los ordenandos algunas características de su ministerio: «con el diaconado, la Iglesia os confía su tesoro más grande: el Cuerpo de Cristo, para que lo distribuyáis como ministros sagrados». Asimismo, les dijo que la santidad exige el esfuerzo de la formación y del estudio constante. «Habiendo asimilado la Doctrina y viviéndola, con la ayuda de la gracia de Dios —señaló—, seréis capaces de iluminar las conciencias de los hombres». **

Como es habitual, el Prelado aprovechó su estancia en Navarra para reunirse con los fieles de la Prelatura y los socios de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, y con muchas otras personas. En un encuentro con estudiantes se refirió a la unión con el Papa. «Sed hombres cabales —les dijo—, y ayudad al Papa, que no tiene más ilusión que extender el reino y la paz de Cristo por el mundo entero». A un estudiante que padece leucemia, el Prelado del Opus Dei le dijo: «ofreciendo a Dios tus sufrimientos e incomodidades edificas la Iglesia y te haces santo».

Mons. Echevarría se desplazó también a Bilbao, donde estuvo con mucha gente que deseaba verle —se acababan de cumplir veinticinco años desde la última estancia del Beato Josemaría en la ciudad vasca— y donde abordó de nuevo, en reuniones con grandes grupos de personas, los principales temas de la doctrina católica y de la vida del cristiano. En uno de los encuentros, una pregunta le dio ocasión de animar a todos a vivir la caridad en el contexto del doloroso problema del terrorismo, particularmente vivo en la zona desde hace varias décadas: «Tenemos que vivir toda esta situación con sentido sobrenatural, perdonando; es muy importante que perdonemos, es muy importante que encomendemos a la gente que está equivocada. No podemos decir que el mal es un bien. Pero a las personas tenemos que abrazarlas como Cristo acogió a la pecadora».


Mons. Javier Echevarría llegó a Camerún el 5 de febrero.

El día 7 tuvo un encuentro informal con un millar de personas en el salón de un hotel de Yaundé. Mons. Echevarría fue acogido con los cantos tradicionales con que se recibe a los visitantes ilustres, y unos niños le presentaron regalos característicos de las diferentes regiones del país. Después de manifestar su agradecimiento, el Obispo Prelado del Opus Dei alabó las virtudes del pueblo camerunés: la alegría, la hospitalidad y la generosidad para compartir lo que se tiene. A continuación, Mons. Echevarría respondió a las preguntas de los presentes. Habló sobre el papel de los sacramentos en la vida cristiana, e insistió de modo particular en la importancia de no retrasar su recepción sólo por esperar a disponer de los medios económicos para celebrar las fiestas que acompañan tradicionalmente al Bautismo o al Matrimonio. También puso de relieve, respondiendo a la pregunta de un profesor universitario, la necesidad de recibir una formación espiritual permanente que alimente la vida de oración.

Durante esos días el Prelado del Opus Dei visitó al Arzobispo de Yaundé, Mons. Jean Zoa, y al Nuncio Apostólico en Camerún, Mons. Félix del Blanco; estuvo en las sedes de los Centros de la Prelatura y en la Escuela Hotelera Sorawell, una iniciativa apostólica y de promoción humana impulsada por fieles de la Prelatura; se reunió con grupos de universitarias y universitarios, y con profesionales que participan de los medios de formación de la Prelatura. A estos últimos les recordó la responsabilidad de adquirir una buena formación profesional para trabajar con honradez y con espíritu de servicio, pensando en el bien común y no sólo en los beneficios individuales.


Del 15 al 18 de abril, el Obispo Prelado del Opus Dei estuvo en la República Dominicana.

Durante estos días se entrevistó con el Nuncio de Su Santidad, Mons. François Bacque, y con el Cardenal Arzobispo de Santo Domingo, S.E.R. Nicolás de Jesús López Rodríguez. Además, estuvo con todos los fieles de la Prelatura, con los socios de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, y con muchos Cooperadores y amigos.

En un encuentro con setecientas personas en un hotel de la capital, el día 17, el Obispo Prelado del Opus Dei exhortó a valorar la importancia de la juventud, «esperanza de la Iglesia, esperanza del país, esperanza de la familia», y recordó a los jóvenes presentes que el Señor les ha dado muchas posibilidades de desarrollar los talentos que Dios ha concedido a cada uno para ponerlos al servicio de los demás. Entre otros temas, se refirió a los trabajos del hogar, y a la contribución importantísima de esas tareas para la vida familiar.

Del 18 al 23 de abril, el Prelado del Opus Dei prosiguió su viaje pastoral en Puerto Rico. El domingo 19, en un coliseo de Carolina, ciudad equidistante de San Juan y Río Grande, se reunió con unas 3.500 personas. En ese encuentro, Mons. Echevarría transmitió a los asistentes la bendición que para ellos traía del Santo Padre y respondió a preguntas sobre el Espíritu Santo, la Cruz, la Confesión, la educación de los hijos, la libertad y el apostolado que puede llevarse a cabo en el mundo de la moda.

Los días 20 y 21, en el Centro de Conferencias Paloblanco, situado en la localidad de Río Grande, donde se alojó durante su permanencia en la isla, Mons. Echevarría recibió a distintos grupos de personas: estudiantes, profesionales, familias de fieles de la Prelatura, etc. También estuvo con las alumnas de Monteclaro, un instituto de capacitación en servicios de hospitalidad anejo a Paloblanco. A estas jóvenes, entre las que se encontraban bastantes no católicas, les habló sobre la libertad y sobre el aprecio que merece su profesión.

Durante su estancia en Ponce, el día 22, tuvo una reunión con sacerdotes diocesanos. También estuvo con el Obispo de la diócesis, Mons. Juan Fremiot Torres Oliver.


En el viaje de regreso a Roma, S.E.R. Mons. Javier Echevarría hizo una escala en Florida, donde se detuvo el 23 y 24 de abril. En Delray Beach, el día 24, tuvo una reunión con un grupo numeroso de fieles de la Prelatura y Cooperadores, en la que habló extensamente del sacramento de la Penitencia, animando a todos los presentes a hacer un amplio apostolado de la Confesión en esa tierra americana.

Mons. Echevarría celebraba ese día el aniversario de su primera Comunión, y quiso hacer partícipes de esta efemérides a las personas que se habían reunido para escucharle: «Dejadme que dé gracias con vosotros; os pido que me acompañéis. Vamos a acompañar a Jesús ahora desde aquí, y luego durante todo el día, en todos los sagrarios de Florida, en todos los sagrarios de los Estados Unidos».

Romana, n. 26, Enero-Junio 1998, p. 100-102.

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