Siervo bueno y fiel
El 27 de septiembre de 2014 Álvaro del Portillo, obispo, prelado del Opus Dei, fue elevado a los altares en una multitudinaria ceremonia celebrada en Madrid. Cientos de miles de personas, llegadas desde los cinco continentes, participaron en la alegría por la beatificación de este «pastor según el corazón de Cristo, celoso ministro de la Iglesia», como le definió el Papa Francisco en el Breve Apostólico de beatificación.
Con una carta enviada a Mons. Javier Echevarría, el Romano Pontífice compartió su «especial alegría» por el nuevo beato, destacando su «vida de humilde servicio a los demás», forjada desde la juventud «en la sencillez de la vida familiar, en la amistad y en el servicio». Además, el Papa resaltó que el beato Álvaro «nos enseña que en la sencillez y cotidianidad de nuestra vida podemos encontrar un camino seguro de santidad». Su ejemplo constituye, según el Pontífice, un impulso para «no tener miedo de ir a contracorriente y de sufrir por anunciar el Evangelio».
Álvaro del Portillo tuvo un inmenso amor por la Iglesia, «a la que sirvió con un corazón despojado de interés mundano, lejos de la discordia, acogedor en todos y buscando siempre lo positivo en los demás, lo que une», subrayó el Papa. El nuevo beato conocía «la necesidad que tenemos de la misericordia divina y dedicó muchas energías personales para animar a las personas que trataba a acercarse al sacramento de la Confesión».
«Quien está muy metido en Dios sabe estar muy cerca de los hombres», escribió el Santo Padre, destacando la pasión de Álvaro del Portillo por acercar a todos el rostro amable y misericordioso de Cristo: «Recorrió muchos países fomentando proyectos de evangelización, sin reparar en dificultades, movido por su amor a Dios y a los hermanos», añadía en el mensaje.
Este número de Romana recoge la crónica de esos días de gracia, junto con los textos de las homilías y mensajes con motivo de la beatificación, y da noticia de los actos que tuvieron lugar en Roma, durante los días posteriores.
Además, el segundo semestre ha dejado otras noticias, como el nombramiento —por primera vez— de un vicario auxiliar en la Prelatura, los viajes pastorales del prelado a Centroamérica y Rusia o la convocatoria de un año mariano en la prelatura del Opus Dei, para «poner en las manos de la Virgen todas las necesidades de la Iglesia y de la humanidad, y secundar fielmente las intenciones del Papa», como señaló Mons. Javier Echevarría el 28 de diciembre, en la festividad litúrgica de la Sagrada Familia.
Romana, n. 59, julio-diciembre 2014, p. 210.