Homenaje en la Universidad de Navarra al profesor Eduardo Ortiz de Landázuri, con motivo del centenario de su nacimiento
El 26 de noviembre, la Universidad de Navarra celebró un homenaje al profesor Eduardo Ortiz de Landázuri, discípulo del doctor Jiménez Díaz, médico internista de la Clínica Universidad de Navarra y catedrático de su Facultad de Medicina, fallecido en 1985. El acto, con motivo del centenario de su nacimiento, fue presidido por el Rector de la Universidad de Navarra, Ángel J. Gómez-Montoro, quien recordó “su amor apasionado a la institución universitaria”. Y señaló que “su magnanimidad y su amor por la Universidad es un verdadero estímulo para seguir trabajando con pasión para sacar adelante este gran proyecto universitario”.
El homenaje comenzó con una conferencia de Manuel Pérez Miranda, catedrático de Patología Médica de la Universidad de Badajoz, sobre la “Evolución de la medicina interna en los últimos 50 años”.
A continuación, se celebró una mesa redonda moderada por el Dr. Jesús Prieto, catedrático de la Universidad de Navarra y especialista del departamento de Medicina Interna de la Clínica. En ella intervinieron Manuel Muñoz, jefe del servicio de Medicina Interna del Complejo Hospitalario de León; Jesús Flórez, catedrático de Farmacología de la Universidad de Cantabria; y los profesores de la Universidad de Navarra Andrés Purroy, especialista en Nefrología y consultor de la Clínica; y Gonzalo Herranz, Catedrático y profesor de Bioética.
Manuel Muñoz afirmó que Eduardo Ortiz de Landázuri fue “un promotor neto de todo cuanto es hoy la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. Estimuló a cuantos tuvo a su lado, creando inquietudes encaminadas a realizar una labor bien hecha en cuya cúspide se situó la entrega desinteresada al enfermo por encima de todo”.
Según el Dr. Jesús Flórez, la generosidad fue su gran legado como maestro, que le dio: “Pasión por la medicina, pasión por los enfermos, pasión por nosotros sus alumnos, pasión por la ciencia y pasión por la investigación clínica”.
Por su parte, el profesor Gonzalo Herranz afirmó que lo que más le interesaba “era proporcionarse a sí mismo, a sus colaboradores y a los estudiantes una oportunidad para la humildad intelectual: reconocer que los diagnósticos podían haber sido más certeros o más completos. Y quería que esa humildad les moviera a seguir estudiando, no para saber más, sino para mejor servir a sus pacientes”.
El Dr. Andrés Purroy, por último, lo definió como “un vitalista empedernido, que siempre estaba dispuesto a dar un paso adelante en favor de la Facultad y, sobre todo, fue muy leal a la Universidad. Siempre se sintió un gran universitario porque, como él mismo decía, fue muy leal con sus maestros”.
Eduardo Ortiz de Landázuri, nacido en Segovia en 1910, se incorporó a la naciente Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y a la Clínica en 1958. Obtuvo numerosos reconocimientos por su dilatada carrera al servicio de la sanidad. En 1983 dejó la docencia y trabajó en la Asociación de Amigos de la Universidad. Poco tiempo después se le diagnosticó un tumor canceroso que provocó su muerte en 1985. Pasados 13 años se inició la Causa de su canonización en Pamplona (España).
Romana, n. 51, julio-diciembre 2010, p. 395-396.