La Iglesia estudia la santidad de José María Hernández Garnica
El proceso de canonización del sacerdote e ingeniero José María Hernández Garnica (1913-1972) se ha abierto el 28 de febrero en Madrid, su ciudad natal. El acto de apertura, presidido por Monseñor César Franco Martínez, Obispo auxiliar de Madrid, tuvo lugar en la Pontificia Basílica de San Miguel.
Dirigiéndose a los presentes en el acto, entre los que se contaba un buen número de parientes del candidato a los altares, Mons. Franco habló de la relación entre José María Hernández Garnica y San Josemaría Escrivá de Balaguer. “Es una expresión muy bella —dijo— que en todas las fundaciones y obras de la Iglesia broten junto al fundador gérmenes de vida cristiana y de vida santa, estimulados por el testimonio de esa vida cristiana, heroica, entregada al servicio de Dios y de los hombres”. Por su parte, José Carlos Martín de la Hoz, director de la Oficina para las Causas de los Santos de la Prelatura del Opus Dei en España y postulador de la causa, subrayó, entre otros rasgos, la respuesta generosa de José María Hernández Garnica a la llamada de Dios, la centralidad de la Misa en su vida, su fecundidad apostólica, su humildad, su franqueza y su unión con el fundador del Opus Dei, “que depositó en él una gran confianza”.
José María Hernández Garnica fue uno de los primeros fieles del Opus Dei (pidió la admisión en la Obra en 1935) y uno de los más estrechos colaboradores del fundador. Además de ingeniero de Minas, era doctor en Ciencias Naturales y en Teología. Fue también uno de los tres primeros miembros de la Obra que recibió la ordenación sacerdotal, junto con Álvaro del Portillo y José Luis Múzquiz. Sacerdote desde 1944, San Josemaría le dio el encargo de atender la labor apostólica del Opus Dei entre las mujeres. Posteriormente, desde el año 1957, San Josemaría quiso que se ocupara de impulsar en fases sucesivas el desarrollo del Opus Dei en Inglaterra, Irlanda, Francia, Austria, Alemania, Suiza, Bélgica y Holanda. Falleció con fama de santidad el 7 de diciembre de 1972 en Barcelona.
Romana, n. 40, enero-junio 2005, p. 135-136.