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4 de octubre. Presentación de Harambee 2002

Apenas el Santo Padre anunció la fecha de la canonización de Josemaría Escrivá, empezó a promoverse entre quienes anunciaban su asistencia a la ceremonia una iniciativa de solidaridad con África: el proyecto Harambee 2002. La cristiana inquietud por ayudar al prójimo tenía en esta ocasión un motivo sobreañadido: la alegría por la canonización, vivida como don recibido de Dios y entendida personalmente por cada uno como regalo a quien se encuentra en necesidad. Así nació la idea de promover, precisamente con ocasión de la canonización de San Josemaría, una colecta en favor de programas educativos en África.

En lengua kiswahili, “harambee” significa “todos a una”. Es el grito de los pescadores cuando arrastran la red hasta la playa; es la palabra que está en boca de todos cuando hay que emprender una tarea común, como ayudar a una familia en necesidad o construir una escuela o una iglesia. Cada uno aporta lo que puede: su esfuerzo, donativos en dinero o en especie, pero “todos a una”. Todos dan y todos reciben. Con ese mismo espíritu, que tan afín resulta a las enseñanzas de San Josemaría, el Comité organizador de la canonización dispuso una red de recogida de fondos entre los participantes en los actos del 6 de octubre: se sugirió una aportación de cinco euros, aunque cada uno podía colaborar con lo que quisiera. A través de un concurso público, abierto a todas las organizaciones que promueven programas educativos en el África subsahariana, se procedería luego a distribuir el dinero recaudado. Un grupo de expertos se encargaría de estudiar las solicitudes de ayuda recibidas y de asignar los fondos.

El 4 de octubre por la noche, en el auditorio de Santa Cecilia, muy cerca de la plaza de San Pedro, tuvo lugar la presentación pública del proyecto Harambee 2002. Estaba presente, entre otras autoridades, el alcalde de Roma. El acto consistió en una velada musical con intervenciones de coros procedentes de países de todo el mundo intercaladas con testimonios personales de médicos, educadores y expertos en cooperación internacional —africanos en su mayor parte— comprometidos con la causa del desarrollo humano en el continente africano y animados por el espíritu y las enseñanzas del Fundador del Opus Dei. La presidenta honoraria del proyecto Harambee 2002, Mama Ngina Kenyatta, viuda del primer presidente de Kenia, dirigió al término de la velada unas emocionadas palabras de gratitud.

Harambee 2002 no es el único proyecto de solidaridad que ha nacido en el marco de la canonización de San Josemaría. El Centro de Cuidados Laguna, dedicado a la atención de personas mayores y enfermos crónicos del distrito de Latina, en Madrid, y el dispensario Aq’ on Jay, en Chimaltenango (Guatemala), son otras dos iniciativas que obedecen asimismo al deseo de compartir con los más necesitados el don de la canonización.

Romana, n. 35, Julio-Diciembre 2002, p. 202-203.

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