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En el 7º aniversario del tránsito de S.E.R. Mons. Álvaro del Portillo

Con ocasión del séptimo aniversario del fallecimiento de S.E.R. Mons. Álvaro del Portillo, primer sucesor del Beato Josemaría Escrivá, el 23 de marzo se han celebrado Misas por su alma en numerosas iglesias de todo el mundo. En Roma, Mons. Javier Echevarría presidió, en la Basílica de San Eugenio, una solemne concelebración en sufragio por su predecesor. Varios miles de personas han participado en estas ceremonias litúrgicas.

El Arzobispo de la Archidiócesis de Puerto Rico, Mons. Roberto González Neves, presidió la solemne concelebración eucarística en sufragio por el alma de Mons. Álvaro del Portillo, que tuvo lugar en la Iglesia de San José de Villa Caparra. En la homilía se refirió a D. Álvaro con gran afecto y después de recordar la visita que hizo a la Patrona de Puerto Rico en 1988, rememoró algunos hechos que manifestaban su amor a la Virgen María.

En Quito, la celebración eucarística fue presidida por el Obispo auxiliar de la ciudad, Mons. Carlos Altamirano, al que acompañaron los Vicarios de la Prelatura en el Ecuador. El Arzobispo de Guayaquil, Mons. Juan Larrea, concelebró en la Catedral de esa ciudad. En la homilía dijo que “es sobre todo el heroísmo de la vida diaria lo que admiramos más en Don Álvaro; su cumplimiento humilde, callado y extraordinariamente fiel a los encargos recibidos, su colaboración plena con Mons. Josemaría Escrivá, su desvivirse por los hermanos mediante mil servicios y consejos espirituales”.

El Cardenal Franz König, Arzobispo emérito de Viena, señaló en su homilía el papel destacado de Mons. del Portillo en la redacción de algunos documentos importantes del Concilio Vaticano II. Fue durante esos trabajos cuando conoció no sólo al Beato Josemaría sino también a su colaborador más íntimo y primer Prelado del Opus Dei.

Alrededor de 300 personas asistieron a la Santa Misa que tuvo lugar en la Chapelle Saint Laurent de la colina de Mvolyé, en Yaoundé, Camerún.

En Lima, la Misa de sufragio tuvo lugar en la iglesia de la Medalla Milagrosa, con asistencia de unas 700 personas. Presidió la concelebración el Obispo auxiliar, Mons. Alberto Brazini, quien destacó en su homilía la amistad que le había unido a Mons. del Portillo, a pesar de las pocas veces que habían conversado, por la sencillez y el calor que sabía transmitir en el trato con los demás.

El 23 de marzo se celebró una Misa por el eterno descanso de don Álvaro en la Onze Lieve Vrouwekerk en Amsterdam. Concelebraron con el Vicario Regional dos sacerdotes de la Prelatura. En España, se celebraron Misas de funeral en casi todas las capitales de provincia y en muchas otras ciudades, con la participación de miles de fieles. Ese mismo día, en Buenos Aires, el Vicario Regional de la Prelatura del Opus Dei en Argentina, Rev. Patricio Olmos, celebró una Misa en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced.

En Australia, la Misa de sufragio se celebró en la iglesia parroquial de St. Martha, Strathfield (Sydney). Tuvo lugar el 24 de marzo. El Vicario Regional, Mons. John Masso, fue el celebrante principal al que se unieron en la concelebración un buen grupo de sacerdotes.

Varias concelebraciones tuvieron lugar en Colombia. En Bogotá, presidió Mons. Fremiot Torres Oliver, Obispo Emérito de Ponce, en la Iglesia del Gimnasio Moderno. En Medellín lo hizo Mons. Gonzalo de Jesús Rivera Gómez, Obispo auxiliar de la ciudad, en la parroquia Nuestra Señora de los Dolores; y en Cartagena, Mons. Domingo Gándara Romero, Vicario General de la Diócesis, en la parroquia de Bocagrande.

En Santo Domingo, República Dominicana, en la iglesia del Buen Pastor, Mons. Francois Bacqué, Nuncio Apostólico de Su Santidad, presidió la solemne concelebración en sufragio por el alma de Mons. Álvaro del Portillo. Le acompañaban Mons. Pablo Cedano, Obispo auxiliar de Santo Domingo, el Vicario de la Prelatura y otros sacerdotes. Mons. Bacqué manifestó su afecto hacia el actual Prelado del Opus Dei, mencionó las recientes palabras del Papa en las jornadas de reflexión sobre la Carta apostólica Novo millennio ineunte y subrayó que la Prelatura es un apoyo incondicional para las Iglesias particulares.

Romana, n. 32, enero-junio 2001, p. 86-87.

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