envelope-oenvelopebookscartsearchmenu

Australia y Nueva Zelanda: 8 a 26 de agosto de 2023

En la mañana del 8 de agosto, Mons. Fernando Ocáriz llegó al aeropuerto internacional de Sydney procedente de Yakarta. Fue recibido por Father Íñigo Martínez-Echevarría, vicario regional del Opus Dei para Australia y Nueva Zelanda, junto con un grupo de jóvenes familias.

El prelado pasó los días siguientes en Kenthurst Study Centre, un centro de encuentros en el que pudo preparar las diversas actividades que emprendería en las dos semanas sucesivas.

El domingo 13 de agosto, en Sydney, Mons. Ocáriz asistió a un par de encuentros con un buen número de universitarios, universitarias y jóvenes profesionales en Warrane College y Creston College, residencias masculina y femenina, respectivamente, de la Universidad de Nueva Gales del Sur. En Warrane College, el prelado comenzó comentando el evangelio del día, en el que Jesús calma una tormenta en el lago de Tiberíades, para exhortar a los jóvenes presentes: «Cuando experimentemos dificultades, no os dejéis vencer por el miedo; Dios es siempre más fuerte». Por la tarde, en Creston College, el encuentro comenzó con la representación de un baile popular, el Nut Bush. Después de que el prelado respondiera a algunas preguntas sobre la fidelidad a la propia vocación y sobre los modos de conocer la voluntad de Dios, algunas de las presentes hablaron de su trabajo en un programa de mentores para jóvenes refugiados.

El martes 15 de agosto, Mons. Ocáriz fue a rezar a una iglesia dedicada a Nuestra Señora, ya que era la fiesta de la Asunción, así como el 52o aniversario de su ordenación sacerdotal. Le acompañaron varios fieles de la Prelatura.

El 16 de agosto viajó en avión a Brisbane, donde se reunió en el Tierney Auditorium con varias familias de personas que asisten en esa ciudad a actividades formativas de la Prelatura. Habló sobre la relación entre el amor y la libertad. Tras estar brevemente en los dos centros del Opus Dei, Merindah para las mujeres y Aldridge para los hombres, embarcó en un avión con destino a Melbourne.

Al día siguiente, Mons. Ocáriz visitó, en Melbourne, dos colegios promovidos por padres de familia, Harkaway Hills College y Lysterfield Lake College.

El viernes 18 de agosto se reunió con unas 30 personas de Perth que asisten allí a actividades formativas de la Prelatura y que habían volado a Melbourne para estar con él en un animado encuentro. Por la tarde se reunió con estudiantes y jóvenes profesionales en Heathgrove, un centro femenino del Opus Dei.

El sábado 19 hubo una tertulia en un local central de Melbourne a la que asistieron unas quinientas personas. A última hora de la tarde, Mons. Ocáriz viajó de regreso a Sydney.

El 20 de agosto, domingo, asistió a la mayor reunión de este viaje. Casi dos mil personas acudieron a Rosehill Gardens, en Sydney, para estar con él en un gran encuentro familiar. El escenario estaba decorado y amueblado para crear un ambiente hogareño que reflejara la naturaleza del evento.

Tras una breve y cálida introducción por parte de los dos presentadores del encuentro, Mons. Ocáriz comentó brevemente el evangelio del día sobre la mujer cananea que busca la curación de su hija. Dijo que se trataba de una lección sobre la perseverancia en la oración. Incluso cuando no vemos los resultados que deseamos, nada está perdido, aunque pueda parecerlo a nuestra limitada visión humana. Hubo preguntas y respuestas sobre crecer en una familia fuerte y afectuosa, sobre mantenerse joven en la jubilación creciendo en el amor a Jesucristo, y un conmovedor relato de la vida en una familia con un niño con síndrome de Down. El prelado comentó que la felicidad de los padres es lo que mejor expresa su fe y su apertura a los planes de Dios. También dijo que el sufrimiento puede reforzar su unidad familiar y ofrecerles un camino derecho hacia Jesús.

El martes y el miércoles, 22 y 23 de agosto, visitó cuatro colegios dirigidos por padres e inspirados por el mensaje de San Josemaría en el oeste de Sydney y en la zona de Hills, y en cada uno se reunió con padres, profesores y alumnos. El miércoles por la tarde, además, tuvo un encuentro con unos cuarenta sacerdotes diocesanos, algunos de ellos miembros de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.Hubo preguntas sobre la vida y el trabajo sacerdotal, a las que el prelado respondió, en primer lugar, animando a cuidar especialmente la celebración de la Misa.

El 24 de agosto embarcó en un avión con destino a Auckland, Nueva Zelanda.

El viernes 25 fue un día ajetreado. Mons. Ocáriz viajó en coche a Hamilton, donde acudió a los centros del Opus Dei allí existentes, Rimbrook y Greywood, encontrándose en cada de ellos con fieles de la Prelatura y algunas familias. Después regresó a Auckland para reunirse con universitarios, universitarias y jóvenes profesionales en Glenrowan y Fernhall, residencias masculina y femenina respectivamente.

El sábado 26 de agosto, la tertulia en Auckland de fieles de la Obra, familias, cooperadores y amigos comenzó con una ceremonia tradicional maorí de bienvenida. Mons. Ocáriz expresó su gratitud por encontrarse con aquella acogida allí, tan lejos de Roma: «Estamos siempre muy unidos precisamente porque estamos unidos en Dios». A una pregunta sobre cómo los miembros de la familia del Opus Dei en Nueva Zelanda podrían ayudarse mutuamente y contribuir al crecimiento de la Obra, respondió recomendando formas prácticas de fraternidad, que es caridad mutua: rezar unos por otros, comprender el valor de cada persona, sus virtudes y talentos, alegrarse del bien ajeno y hacer propias las dificultades y penas de los demás. Este amor auténtico es la manera de servir a la Obra y a toda la Iglesia, dijo. Concluyó pidiendo a todos que rezaran por el Papa Francisco y por sus intenciones.

Esa misma tarde, Mons. Ocáriz emprendió el vuelo con destino a Roma desde el aeropuerto internacional de Auckland.

Romana, n. 77, Julio-Diciembre 2023, p. 179-181.

Enviar a un amigo