Valencia (España): “Viva la vida”
La parroquia de San Josemaría Escrivá de Valencia celebró, del 17 al 23 de octubre, una semana en favor de la vida. Entre las actividades, se proyectó la película «A los más pequeños», a la que siguió una mesa redonda con Pablo Siegrist, director de la delegación española de la Fundación Jérome Lejeune; Julio Tudela, director del máster de Bioética de la Universidad Católica de Valencia y Patricia Lorenzo, presidenta de la fundación Red Madre.
El miércoles 19 tuvo lugar la primera conferencia del «Curso de capacitación para la defensa de la vida». Ana Capa, profesora del Instituto Juan Pablo II y Máster en Bioética, fue la encargada de desarrollar la sesión, bajo el lema «Dignidad humana y vida prenatal».
Una mesa redonda sobre la eutanasia reunió el viernes 21 a María Victoria Espinar, médico internista en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Doctor Moliner; Elena de Paz, enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Doctor Peset; y D. Jaime Vilarroig, profesor de Bioética y Antropología en la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad CEU Cardenal Herrera.
El domingo 23 se celebró la Eucaristía para los participantes, precedida del rezo de un rosario por la vida, y se presentó la «oración por la vida», ganadora del concurso infantil convocado por la parroquia. Durante toda la semana se recogieron productos destinados a los recién nacidos, que posteriormente se entregaron a varias asociaciones solidarias.
Las iniciativas de las que se informa en la presente sección son labores educativas, asistenciales, culturales, etc. promovidas por fieles de la Prelatura y cooperadores junto con muchas otras personas, católicas y no católicas. Quienes emprenden y dirigen estas actividades —asumiendo plena responsabilidad, también en lo económico— procuran dar respuesta a las necesidades de su país o ambiente, sin discriminación alguna por motivo de raza, religión o condición social.
La prelatura del Opus Dei, mediante acuerdos con los promotores o a través de la fórmula que establezcan los estatutos de cada entidad, contribuye al desarrollo de esas iniciativas de interés social, proporcionando orientación cristiana, doctrinal y moral, y atención sacerdotal, siempre en pleno respeto a la libertad de las conciencias.
Romana, n. 63, julio-diciembre 2016, p. 373.