Romana

A finales de agosto, un grupo de dieciocho estudiantes de Warrane College, una residencia universitaria afiliada a la Universidad de Nueva Gales del Sur, viajó a Vanuatu, un pequeño archipiélago del Pacifico Sur. Tenían el proyecto de pasar una semana construyendo un aula en la escuela primaria de Saint Michel, no lejos de Luganville, la población más grande de la isla de Espíritu Santo.

En 2020, Vanuatu fue azotado por un fuerte ciclón tropical, al que se sumaron otros fenómenos meteorológicos extremos en rápida sucesión. El ciclón tuvo su mayor impacto en la mayor isla del país, Espíritu Santo. Casas e importantes infraestructuras quedaron dañadas o destruidas, un espectáculo impresionante visible desde el aire cuando el avión en el que viajaban los estudiantes de Warrane se acercaba a su destino. Muchas aulas de la escuela primaria de Saint Michel, destruidas, habían sido sustituidas por estructuras provisionales y tiendas de campaña, que goteaban cuando llovía y que en estos tres años habían acumulado importantes cantidades de moho.

El grupo de voluntarios luchó contra la lluvia intermitente durante toda la semana, y también contra algunos casos de enfermedad, para construir las paredes de la nueva aula. Tuvieron que trabajar con cierta intensidad, pero en el proceso llegaron a apreciar cosas que en Australia se dan por sentadas, como el agua corriente, la electricidad (¡y el wifi!) y el saneamiento. Las monjas que ayudan en la administración de la escuela se han demostrado grandes testigos de la fe y la caridad, con su cuidado de los enfermos y con su ofrecimiento de comida en agradecimiento a los esfuerzos de todos los voluntarios.

Entre los estudiantes australianos e internacionales del grupo, varios se levantaban temprano cada día para asistir a Misa antes de empezar a trabajar. La mayoría de ellos se unió al rosario que se rezaba bajo el calor de la tarde, después de comer y antes de reanudar el trabajo. El capellán de Warane College, Father John Watson, también ofreció momentos de oración ante el Santísimo Sacramento, con ocasionales meditaciones. Asimismo, celebró la misa para los habitantes del pueblo cuando su párroco tuvo que ausentarse.

La cálida hospitalidad de la población local y la belleza natural de Vanuatu constituyeron una experiencia profundamente enriquecedora. El fin de semana hubo una excursión al hermoso Port Olry y al histórico Million Dollar Point, un famoso emplazamiento que contiene artefactos militares estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial. Los estudiantes también disfrutaron haciendo inmersión submarina en los arrecifes de coral de Espíritu Santo o columpiándose con cuerdas en «agujeros azules» de agua dulce, ricos en minerales. Todo ayudaba a forjar amistades, no solo entre los estudiantes, sino también con los jóvenes de la zona.

Los participantes en el campo de trabajo destacaron lo transformador que había sido la experiencia para profundizar en las amistades, comprender a personas de una cultura diferente, crecer en resiliencia y cultivar otras virtudes necesarias en la vida cotidiana.